8 de septiembre de 2011

Natividad de la Virgen María Ciclo A.


ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría el nacimiento de la Santísima Virgen María, de quien nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Señor.
Se dice Gloria a Dios.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios nuestro, las riquezas de tu gracia, yyaque la maternidad de la Virgen María fue para nosotros el comienzo de la salvación, que la fiesta de su Natividad acreciente la paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Miq 5, 1-4
Lectura de la profecía de Miqueas.
Así habla el Señor: “Y tú, Belén de Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas. Él se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque él será grande hasta los confines de la tierra. ¡Y él mismo será la paz!”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Este breve relato evoca la antigua profecía sobre la descendencia davídica, en que se insiste en el origen humilde del Mesías esperado y del reinado de paz en que vivirá su pueblo al que Dios coloca en el centro de su obra de salvación.
O bien: Rom 8, 28-30
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio. En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El acento de este relato está en el protagonismo de Dios en la salvación del hombre donde nada es casual, sino todo sucede por pura iniciativa suya. A los que eligió los llamó, y a los que llamó los hizo justos y santos, todos partícipes en un proceso de salvación que consiste en reproducir la imagen de Jesucristo.
SALMO Sal 12, 6
R. Yo desbordo de alegría en el Señor.
Yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste.
R. Yo desbordo de alegría en el Señor.
¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!
R. Yo desbordo de alegría en el Señor.
ALELUYA
Aleluya. Eres feliz, santa virgen María, y digna de toda alabanza; de ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios. Aleluya.
EVANGELIO Mt 1, 1-16. 18-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboam; Roboam, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Joram; Joram, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado así: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Para los judíos era muy importante conservar viva la memoria de los antepasados, de ahí que este relato vincula, a través de la genealogía, el nacimiento de Jesús con la historia del pueblo de Israel. Sin embargo Mateo deja en claro que la maternidad de María es obra del Espíritu Santo; por su parte José asume un rol protagónico también, haciéndose partícipe en el misterio de salvación.
O bien: Mt 1, 18-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante: Oremos a Dios, que preparó a María desde toda la eternidad para ser Madre de su Hijo amado, y digamos: “Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.”
·     Para que los cristianos del nuevo milenio cristiano vivamos el gozo de la salvación y lo anunciemos a todos los hombres. Oremos al Señor.
·     Para que la Iglesia sea, como María, madre cercana y acogedora para todo el mundo. Oremos al Señor.
·     Para que el Señor reciba nuestra gratitud por habernos dado a María como madre y para que imitemos sus virtudes y hagamos lo que a Él le agrada. Oremos al Señor.
·     Para que el Espíritu Santo ilumine a todos los que sienten la voz de Dios que los llama a seguirlo, les dé valentía y entusiasmo y, como María, se fíen de sus planes. Oremos al Señor.
·     Para que María, que nos dio a Jesús hecho hombre como nosotros, nos ayude a vivir la vida nueva que Él nos trajo. Oremos al Señor.
·     Para que los cristianos de todo el mundo, unidos como hermanos, hagamos del mundo un hogar cada vez más fraterno y solidario.
·     Oremos al Señor.
Celebrante:
Infunde, Padre, el Espíritu de Jesús en nuestras vidas, para que como Él amemos a María como madre y le obedezcamos como hijos. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu Hijo unigénito venga en nuestra ayuda, Señor, y el que al nacer de la Virgen no menoscabó sino que consagró la integridad de su Madre, nos purifique de nuestros pecados y haga aceptable ante ti nuestra ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
ANTÍFONA Is 7, 14; Mt 1, 21
La Virgen dará a luz un hijo que salvará a su pueblo de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que se alegre tu Iglesia fortalecida con estos sagrados misterios, y se goce por el nacimiento de la santísima Virgen María, esperanza y aurora de salvación para el mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.