4 de mayo de 2013

Sábado de la 5ª semana de Pascua. Ciclo C

Sábado 04 de Mayo del 2013

Palabra del Señor
RECHAZADOS CON CRISTO
(Hch 16,1-10; Jn 15,18-21)


Introducción

    El mundo que rechazó a Cristo odia al mismo Cristo y a sus discípulos; el mundo les persigue porque el estilo de vida de un buen cristiano es siempre una condenación silenciosa del mismo mundo. Pensemos, por ejemplo, en las películas de Luis Buñuel, el director español, que estaba obsesionado  por todo lo cristiano y lo ataca con sarcasmo amargo.

    Quizás más amortiguada que la persecución es la actitud de un mundo que no ha descubierto a Cristo o que tiene una imagen distorsionada de él y del cristianismo. Para esa gente nosotros somos ridículos, atrasados, irrelevantes, lejanos de la realidad, estamos en las nubes y somos dignos de una sonrisa llena de lástima.
    Sin embargo, ésta fue precisamente la suerte de Jesús. Nosotros compartimos su amor, y también el tratamiento que le otorgó por el mundo. El discípulo no es mejor que el maestro. En el discípulo el mundo todavía rechaza a Cristo, el Maestro. Al menos estamos en buena compañía…


Oración Colecta
Señor Dios nuestro:

¡Qué bueno vivir en la amistad

de tu Hijo Jesucristo!

Haz que nos percatemos 
de que también en este amor
estamos comprometidos con él  
y compartimos con él,
para lo bueno y para lo malo, 
tanto la incomprensión y contradicción
como la alegría e intimidad.
Ayúdanos a regocijarnos 
incluso cuando seamos tratados
con indiferencia o con burla por causa de Jesús, 
porque ello significa que él está todavía con nosotros,
él,  nuestro Señor y Salvador 
por los siglos de los siglos.


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,1-10):


En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas.

Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.»

Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.



Palabra de Dios

Salmo
Sal 99,1-2.3-5



R/. Aclama al Señor, tierra entera



Aclama al Señor, tierra entera, 

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores. R/.



Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.



El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,18-21):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»


Intenciones



  • Para que el Espíritu Santo impulse y guíe a los misioneros a llevar la alegría de Pascua a otros pueblos y culturas, roguemos al Señor.
  • Para que, como los primeros cristianos, los perseguidos a causa del Jesús mantengan con firmeza su alegría y su testimonio, roguemos al Señor.
  • Para que, como nuestro Señor Jesús, estemos nosotros dispuestos e ilusionados para servir a los hombres nuestros hermanos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:

Tu Hijo Jesús nos sirve la copa de alegría,

pero ésta a veces puede convertirse

en copa de sufrimiento
que habremos de beber hasta las heces.
Que su Espíritu nos inspire y nos guíe
para seguir con él cuando el camino sea escabroso, 
como él está siempre con nosotros,
él que es nuestro Señor
por los siglos de los siglos.



Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Te damos gracias

por la alegría de participar en el banquete de tu Hijo

en esta celebración eucarística.
Haz nuestra fe suficientemente fuerte 
para poder compartir la vida entera de Jesús,
incluso cuando fue rechazado o ignorado,
y nosotros con él.
Haznos comprender que su misterio pascual
es, a la vez, muerte y vida
y que ésa es la forma cómo tenemos que vivir
con Jesucristo resucitado, nuestro Señor.



Bendición

Hermanos: El mensaje de Cristo no siempre es un mensaje cómodo, tanto más cuanto que habla también necesariamente de  la cruz. Pero debemos proclamar el mensaje, aun cuando tengamos que afrontar el ridículo y la contradicción.

Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.