1 de mayo de 2013

Miercoles de la 5ª semana de Pascua.Ciclo C. San José Obrero

1 de mayo, San José
San José fue un hombre que hizo de su trabajo, sufrimientos y alegrías una obra de salvación al estar unido al Salvador, no sólo físicamente bajo el mismo techo, sino porque era consciente de que estaba compartiendo la obra redentora de Jesús, ya desde su vida oculta. Así convirtió su existencia terrena en una tarea humana y salvífica. Todos podemos imitar a san José, lo cual se hace posible por la unión a Cristo resucitado, quien nos aseguró: “Quien está unido a mí, produce mucho fruto”.
Día de los trabajadores.
ANTÍFONA DE ENTRADA SAL 127, 1-2
Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador de todas las cosas, que has establecido para el género humano la ley del trabajo; concédenos bondadosamente que siguiendo el ejemplo y con la protección de san José, realicemos las obras que nos mandas y obtengamos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Hech 15, 1-6                                                                                                                                
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Algunas personas venidas de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían circuncidar según el rito establecido por Moisés, no podían salvarse. A raíz de esto, se produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros de ellos, subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los apóstoles y los presbíteros. Los que habían sido enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a todos los hermanos. Cuando llegaron a Jerusalén, fueron bien recibidos por la Iglesia, por los apóstoles y los presbíteros, y relataron todo lo que Dios había hecho con ellos. Pero se levantaron algunos miembros de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, y dijeron que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a observar la Ley de Moisés. Los apóstoles y los presbíteros se reunieron para deliberar sobre este asunto.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: 
La Ley de Moisés, que ordenaba circuncidarse para pertenecer al Pueblo de Dios, se pone sobre el tapete y es motivo de discusión. Los fariseos convertidos al cristianismo, al reclamar y pese a querer imponer, están contribuyendo –sin saberlo– al desarrollo de la Iglesia, a través de lo que conocemos hoy como los Concilios. Las circunstancias adversas deben servir para reafirmarse y proyectarse, conservando la unidad en el Espíritu.
SALMO Sal 121, 1-5
R. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!
O bien: Aleluya.
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la Casa del Señor»! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. R.
Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor. R.
Según es norma en Israel para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. R.
ALELUYA Jn 15, 4a. 5
Aleluya. “Permanezcan en Mí, como Yo permanezco en ustedes. El que permanece en mi da mucho fruto”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 15, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en Mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en Mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en Mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de Mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en Mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en Mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO: 
La viña, como pueblo de Dios, es una de las imágenes que ya se utilizaba en el Antiguo Testamento. Israel, ha sido la viña escogida por Dios. Ahora Jesús utiliza esa misma figura para mostrar que somos la continuación del primer pueblo escogido. Esta vez, Jesús, es parte de la Viña, nosotros los sarmientos que permanecemos unidos a Él para recibir la vida y dar los frutos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, y concédenos por tu bondad que sirvan de protección para los que te invocan. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de san José
La misión de san José
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la celebración de san José. Él es el varón justo que diste como esposo a la Virgen Madre de Dios, y el servidor fiel y prudente que pusiste al frente de tu familia, para que haciendo las veces de padre, cuidara a tu único Hijo, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, todos los ángeles celebran tu grandeza, la adoran las dominaciones, se estremecen las potestades; los cielos y las virtudes celestiales unidos a los gloriosos serafines la celebran en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN COL 3, 17
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, alimentados con el manjar celestial, te suplicamos que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestros corazones el testimonio de tu amor y así podamos gozar siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.