30 de abril de 2013

Martes de la 5ª semana de Pascua. Ciclo C.



Santos: Pío V, Papa; Donato de Epiro, obispo. Beata Paulina Mallinckrotd, fundadora. Feria (Blanco)

LA VICTORIA DE JESÚS
Hch 14, 19-28; Jn 14,27-31
Tanto el libro de Los Hechos como el Evangelio de san Juan nos transmiten una misma situación comunicativa. Jesús se despide de sus discípulos y les advierte de su muerte inminente, que no deberá ser entendida en manera alguna como victoria de Satanás, príncipe de este mundo, sino como prueba de su amor obediente al Padre, en medio de un mundo hostil y violento. El apóstol Pablo convoca a los discípulos y presbíteros de las iglesias recién fundadas para amonestarlos a permanecer firmes en la fe, a sabiendas de que se aproximan dificultades y persecuciones para todos los que sigan a Jesús. Lo afirma, porque lo ha sufrido en carne propia en repetidas ocasiones. El entusiasmo con el que cierra el Señor Jesús su discurso se aprecia también en la despedida del apóstol. La victoria de Cristo llena de esperanza al predicador del mensaje del resucitado.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 19, 5; 12, 10)
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la resurrección de tu Hijo nos has abierto las puertas de la vida eterna, concédenos creer fielmente en ti y esperar confiadamente el cumplimiento de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 19-28

En aquellos días, llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y de Iconio, unos judíos, que se ganaron a la multitud y apedrearon a Pablo; lo dieron por muerto y lo arrastraron fuera de la ciudad. Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo se levantó y regresó a la ciudad. Pero al día siguiente, salió con Bernabé hacia Derbe.

Después de predicar el Evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.

Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.

Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante tiempo con los discípulos. 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Comentario:

En este breve fragmento encontramos una situación que nos choca con lo que aparece en la perícopa justo anterior. Es la narración del milagro de la curación del paralítico por Pablo y Bernabé, y la reacción del pueblo de Listra que quiere convertirlos en Dioses. 
Todo está enmarcado en la tercera parte del libro de los Hechos, que podría llevar por título “el anuncio de la Buena Noticia a los Gentiles”. En esta parte se narra como la Comunidad de creyentes de Antioquía envía a Pablo y Bernabé a predicar a los paganos. 
Lucas nos presenta en esta sección muchos de sus temas favoritos: la actividad de Pablo, la importancia de la Comunidad en el desarrollo y sostén de la misión evangelizadora, la búsqueda de lo que el Espíritu suscita…



Del salmo 144 R/. Bendigamos al Señor eternamente. Aleluya.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.

Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, para todas las generaciones. R/.

Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan ahora y para siempre. R/.


ACLAMACIÓN (Cfr. Lc 24, 46. 26) R/. Aleluya, aleluya.

Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria. R/.


Les doy mi paz.

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 27-31

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: 'Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.

Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Comentario:
Aún no conocían los Apóstoles lo que significaba aquella resurrección que había predicho, diciendo "Voy y vengo a vosotros", ni tenían un concepto adecuado de El, sino que juzgaban que el Padre era superior. Quiere, pues, decirles: Aunque tembláis por mi causa, creyendo que yo no me basto para auxiliarme a mí mismo, ni confiáis en que de nuevo os veré después de la cruz, sin embargo, oyendo que voy al Padre, convenía que os alegraseis, porque voy hacia un ser superior, capaz de destruir todo lo que me molesta. Todas estas cosas se dirigían a la debilidad de los discípulos. Por eso añade: "Y os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que creáis cuando haya sucedido".
Crisóstomo ut supra

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con Él, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 6, 8)
Si hemos muerto con Cristo, también viviremos con Él; ésta es nuestra fe. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.