MONICIÓN DE ENTRADA
Con,
sin duda, nuestro pensamientos puesto en Roma, en los futuros trabajos del
Conclave que elegirá al nuevo Papa, vamos a celebrar el Cuarto Domingo de
Cuaresma, que la Iglesia siempre ha llamado “laetare”, significa regocijarse. Y
desde esa alegría de este domingo, recibid nuestra más jubilosa bienvenida. La
muestra de la alegría, del regocijo que vamos a proclamar, aparece el texto de
la antífona de entrada y es un golpe de alegría en medio de la cuaresma.
Incluso las austeras normas litúrgicas cuaresmales se limitan con el uso de las
flores o de la música instrumental. Antiguamente, incluso, el sacerdote portaba
una casulla de color rosa. Se trata de señalar, además, que el domingo será
siempre un motivo de alegría porque celebramos la resurrección del Señor. Jesús
nos va a narrar, hoy, la bellísima parábola del Hijo Prodigo que también
termina con regocijo, con una fiesta. Y es símbolo de la fiesta que hay en
cielo cuando un pecador se convierte. Iniciemos hoy, pues, con la máxima
alegría del canto de entrada nuestra celebración.
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
1.- La
primera lectura de hoy, del Libro de Josué nos narra como el pueblo elegido
celebrará la Pascua al entrar en la tierra prometida. Ya no tuvieron maná y
comieron de los frutos de la tierra. Se iniciaba la etapa histórica de
consolidación del pueblo de Dios.
S.- El
Salmo 33 es uno de los más bellos del salterio. Expresa la total confianza en
el Señor que siempre acude a salvarnos de nuestras angustias. Refleja la
confianza que hemos de tener en Él en todo momento.
2.-
Pablo de Tarso expresa magistralmente en esta segunda lectura, sacada de la
Segunda Carta a los fieles de Corinto, la doctrina de la reconciliación con
Dios. Y es el Padre amoroso quien por medio de Cristo se reconcilia con su
pueblo sin tener en cuenta traiciones y pecados antiguos.
3.- Se
narra en el Evangelio de Lucas que escuchamos hoy la parábola del hijo pródigo.
Unas de las narraciones más maravillosas de los textos evangélicos que narra la
bondad del Padre y la alegría enorme de Dios ante la conversión de un hijo
alejado, que vuelve.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Breve
–y muy bella—oración del Padre Leoz para este final de nuestra celebración.
Escuchemos con atención
QUE VUELVA, SEÑOR
A
tu casa, que es donde mejor se vive
A
mi casa, que es tu casa, Señor
A
tus brazos, que sé me echan en falta
A
tus caminos, para que no me pierda
A
tu presencia, para que goce
de
la fiesta que me tienes preparada
Exhortación de despedida
Salgamos
alegres del templo. Hemos celebrado el domingo de la alegría y no olvidemos
nuestras oraciones al Espíritu Santo para que el Conclave de los Cardenales
elija al Papa que espera toda la Iglesia.
MISA CON NIÑOS
Sección
realizada por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en
Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan
Díaz Zaragoza.
MONICIÓN DE ENTRADA
Dios
es bueno. Dios nos quiere, nos cuida y nos perdona cuando nos equivocamos. Así
nos lo enseña con la parábola del hijo pródigo que vamos a escuchar en el
Evangelio. También cuando nos enseñó a rezar el padrenuestro y nos dijo que
perdonáramos a los demás como Él nos perdona a nosotros.
Por
eso venimos a Misa con alegría y sabiendo que Dios nos espera siempre con los
brazos abiertos. Ahora todos juntos le cantamos.
PETICIONES DE PERDÓN
1. Por
las veces que no hacemos lo que Dios quiere y nos alejamos de su amor. Señor,
ten piedad.
2. Por
las veces que criticamos a los demás porque no piensan como nosotros. Cristo,
ten piedad.
3. Por
las veces que no nos preocupamos de los demás y no les ayudamos. Señor, ten
piedad.
MONICIÓN A LA PRIMERA
LECTURA
El
pueblo de Israel ha sido liberado por Dios de la esclavitud de Egipto. Dios le
ha seguido cuidando en el desierto con el maná. Ahora van a comer de los frutos
de la tierra que Dios les había prometido. El pueblo, agradecido, celebra la
Pascua. Nosotros, como el pueblo de Israel, también decimos: “gustad y ved que
bueno es el Señor”.
PETICIONES
1. Por
todos los que formamos la Iglesia, para que anunciemos de palabra y con obras
que Dios nos quiere mucho. Roguemos al Señor.
2. Por
los gobernantes de todo el mundo, pero especialmente por los de nuestro país,
para que trabajen con muchas ganas y ayuden a la gente que, por culpa de la
crisis, no tiene ni para comer. Roguemos al Señor.
3. Por
los enfermos de nuestra parroquia, por las personas que los cuidan, por
nuestros amigos y conocidos que tienen algún familiar en el hospital. Roguemos
al Señor.
4. Por
nosotros, niños y niñas de (…) especialmente por los que van a hacer la Primera
Comunión dentro de pocas semanas, para que no nos apartemos nunca del amor de
Dios. Roguemos al Señor.
5. Por
todos los que hemos venido a esta Misa y por los que no han podido venir. Por
nuestros padres, por nuestros profesores, por nuestros catequistas, para que
nos enseñéis a perdonar como Dios nos perdona. Roguemos al Señor.