MONICIÓN DE ENTRADA
Feliz y cordial
bienvenida a nuestra Eucaristía de hoy. La Iglesia está viviendo unos momentos
muy especiales con la retirada, ya, del Papa Benedicto XVI y los trabajos del
Colegio Cardenalicio para iniciar el Conclave. Hemos de rezar especialmente por
la Iglesia y pedir al Espíritu que siga guiando a la Barca de Pedro. Y
celebramos hoy el Tercer Domingo de Cuaresma que nos sitúa en el centro de este
tiempo fuerte. Hemos recorrido ya la mitad de la “subida” cuaresmal y es un
buen día para meditar sobre lo hecho hasta ahora y discernir en torno a lo que
nos falta. Jesús de Nazaret nos va a hablar de dos cosas muy importantes: de la
necesidad de conversión y de la paciencia que Dios tiene con los pecadores.
Ambas cosas constituyen como un mensaje hecho a la medida para nosotros. Moisés
y la travesía del desierto es también un símbolo de la cuaresma. Caminamos por
el desierto hasta el encuentro de la tierra de promisión que es el Tiempo de
Pascua, la noche gloriosa en que Nuestro Señor Jesús resucita. Iniciemos, pues,
nuestra Eucaristía con alegría y mucha esperanza. Es lo que necesitamos todos.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- Escucharemos hoy el famoso episodio del Libro del Éxodo sobre la
zarza que no se consume. Es la manifestación de Dios. Él mismo viene a dar su
nombre a Moisés: “Yo soy”. Es como si se presentase, como si nos dijese: “estoy
aquí, con vosotros, actuando a vuestro lado. Soy el presente, el que está, el
que libera, el que salva”. Pero esta seguridad no quiere dar pie a que nos
durmamos, a que nos dejemos llevar.
S.- El Salmo 102 es atribuido a David y tenía un uso penitencial como
el “Miserere” (Salmo 50) Pero además un bellísimo canto a la misericordia de
Dios hacia sus criaturas. Es, sin duda, uno de los más bellos del Salterio.
2.- En la segunda lectura Pablo de Tarso en su Carta primera a los
fieles de Corinto viene a decirnos: “el que se crea seguro ¡cuidado! no caiga”;
ya que nuestra seguridad tiene que venir de apoyarnos en Él. Es un mensaje de
apoyo y conversión. Son palabras muy actuales.
3.- El evangelio de Lucas de hoy es un grito a la conversión. No
busques culpables a los que convertir --nos dice--, busca tu interior, mira tus
obras, observa si tu religiosidad da frutos dignos; quizá con estas actitudes
alguien se convierta sin que tú lo hayas advertido. Jesús de Nazaret no busca
culpables, busca amigos a quienes ayudar.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Javier Leoz,
sacerdote navarro, nos propone una oración muy especial y expresiva para estos
momentos finales de la Eucaristía. Escuchemos:
¿QUÉ FRUTOS, DARTE, SEÑOR?
Mira mi miseria,
y dejándome arrastrar por tu riqueza
ojala recojas de mí aquello que a tu Reino convenga
Acoge mi buena voluntad,
y lejos de echarme en brazos de la vanidad
descubra que, sólo Tú y siempre Tú,
eres la causa de lo bueno que brota en mí.
Perdona mi débil cosecha,
y, sigue sembrando Señor, para que tal vez
mañana
puedas despertar, descubriendo en mí
aquello que, hoy, brilla por su ausencia:
frutos de verdad y de amor
de generosidad y de alegría
de fe y de esperanza
de confianza y de futuro
de vida y de verdad.
Y no te canses, Señor, de visitar tu viña,
tal vez hoy, puede que no,
pero mañana, con tu ayuda y mi esfuerzo,
brotará con todo su esplendor
la higuera de mi vida
Amén
Exhortación de despedida
Recemos mucho por la
Iglesia en estos días. Aquí en el templo y en nuestras casas. Necesitamos que
el Espíritu Santo siga guiándola en su camino de paz, amor y solidaridad…
MISA CON NIÑOS
Sección realizada
por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en Elche,
Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan Díaz
Zaragoza.
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos un
domingo más a esta celebración, hoy seguimos preparando nuestros corazones para
celebrar la muerte y resurrección de Jesús, porque estamos en Cuaresma. Hemos
de tener ilusión por realizar este cambio en nosotros, para que seamos mejores
personas y sepamos ver y dar una oportunidad a los demás. Con ilusión todo es
posible. Empezamos la misa con ilusión y alegría.
PETICIONES DE PERDÓN
1. Por las veces que no ponemos ilusión en las cosas que hacemos.
Señor ten piedad.
2. Tú que conoces nuestras debilidades y nos comprendes. Cristo ten
piedad.
3. Por todas las veces que no damos una segunda oportunidad a los
demás. Señor ten piedad.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
En esta primera
lectura, Dios elige a Moisés para salvar a su pueblo, Israel, que lo estaba
pasando muy mal. Dios se muestra cercano a los problemas del pueblo y pide a
Moisés que los guie hacia un camino mejor. Escuchemos con atención.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
En la segunda
lectura, Pablo nos hace ver que para ganarnos la confianza y la cercanía a
Dios, no basta con tener fe en él y ser su amigo. Hay que actuar día a día
haciendo el bien y preocupándonos por los demás. El Evangelio de hoy, nos
enseña que Dios tiene todas sus esperanzas puestas en nosotros. Espera que
cambiemos y seamos mejores personas, que demos fruto. Escuchemos.
PETICIONES
1. Por la Iglesia, para que nos ayude a centrar nuestra fe en la vida
para conseguir un mundo mejor. Roguemos
al Señor.
2. Por los gobernantes, para que en sus planes de gobierno hagan posible
la creación de empleo y fomenten la solidaridad. Roguemos al Señor.
3. Por todos nosotros, para que nos guíes cada día en nuestras obras
y con tu ayuda actuemos siempre haciendo el bien. Roguemos al Señor.
4. Por nosotros, los niños de (…), para que la ilusión por cambiar el
mundo permanezca en nosotros y poco a poco vayamos consiguiéndolo. Roguemos al Señor.
5. Por todos los aquí presentes, para que nos comprometamos a ayudar a
las personas que lo necesitan y no dejemos a nadie abandonado. Roguemos al Señor.