Santos: Ildefonso de Toledo, obispo; Emerenciana de Roma, mártir; Francisco
Gil de Frederic, Martin Feria (Verde)
SACERDOTE
PERPETUO
Hb
7,1-3.15-17; Mc 3,1-6
La ingeniosa interpretación que
hace el autor de la Carta a los Hebreos de los relatos patriarcales le permite
fundar la existencia de un linaje sacerdotal distinto al de Levi. Sabemos que
el Señor Jesús no procedía del linaje levítico y que en su vida no ejerció
ningún oficio sacerdotal estrictamente hablando. No obstante lo anterior, el
Evangelio de san Marcos nos presenta a Jesús realizando acciones curativas a
favor de los enfermos y paralíticos. La acción vivificante de Jesús transforma
la situación de postración y marginalidad de los enfermos. Con las curaciones
el Señor Jesús los reintegraba a la comunidad de Israel y les abría el camino
para participar de las fiestas litúrgicas y de las celebraciones comunitarias.
El oficio sacerdotal incluía la reconciliación con Dios y el perdón de los
pecados. La curación era sin duda efecto del perdón. El que devolvía la salud,
necesariamente otorgaba la reconciliación con Dios.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Jn 10, 14-15)
Yo soy el Buen Pastor,
dice el Señor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, de la misma
manera que el Padre me conoce a mí y yo al Padre; y doy la vida por ellas.
ORACIÓN
COLECTA
Señor, tú que nos amas tanto,
envía sobre nosotros la gracia abundante de tú espíritu, para que, viviendo con
verdad nuestro cristianismo, demos al mundo testimonio de la verdad y busquemos
confiados la unidad de todos los creyentes en la paz verdadera. Por nuestro
Señor Jesucristo..
LITURGIA
DE LA PALABRA
Tú eres sacerdote
eterno, como Melquisedec.
De la
carta a los hebreos: 7, 1-3. 15-17
Hermanos: Melquisedec, rey de
Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando este
volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima
parte de todo el botín.
El nombre de Melquisedec, significa rey de justicia y el titulo rey de Salem,
significa rey de paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin
antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la
figura del Hijo de Dios, y como permanece sacerdote para siempre.
En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en
virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los
sacerdotes fueran de la tribu de Levi. La palabra misma de Dios lo atestigua,
cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec.
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Comentario:
Cristo, sacerdote para siempre
Un argumento central en la Carta
a los Hebreos es que el antiguo sacerdocio era imperfecto, y que ello se
demuestra por la repetición de los sacrificios y por la sucesión interminable
de sacerdotes. "Muchas ofrendas" significa que ninguna alcanzaba la
verdadera purificación; "muchos sacerdotes" significa que ninguno
ofrece el verdadero sacrificio. Por contraste, Cristo es único. Su ofrenda es
única. Su sacerdocio es único. Su sacrificio no se repite, y ello mismo muestra
que es perfecto.
Estas palabras tenían que resonar
con especial dureza en los destinatarios de la Carta, entre los cuales, según
los estudiosos de la Biblia, debió de haber muchos convertidos del sacerdocio
según la ley de Moisés. A ellos sobre todo interesa explicarles cuánto supera
el nuevo sacerdocio al antiguo, porque quizá por un poco de nostalgia o quizá
porque la vida de los antiguos sacerdotes dependía mayormente del culto, era
más difícil su conversión y más difícil su perseverancia.
Si el sacerdocio de Cristo es
único, no puede transmitirlo al modo hereditario de los antiguos sacerdotes,
sino en un "orden" nuevo, un "rito" nuevo, que aquí se
describe como propio de Melquisedec. En efecto, salvo los sacerdotes paganos y
los cultos idolátricos, sólo hay dos imágenes de sacerdocio en el Antiguo
Testamento: el modo levítico, hereditario, basado en los sacrificios de
animales, y el modo de Melquisedec, sin rastro terreno ni descendencia terrena,
cuyo origen y dignidad se hunden en el misterio. Es claro que sólo este
sacerdocio podía prefigurar al de Cristo.
Del
salmo 109 R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor. "Siéntate a mi derecha; yo hare de tus
contrarios el estrado donde pongas los pies". R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el Señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró
el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como
Melquisedec". R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda
enfermedad. R/.
¿Se le puede salvar la
vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?
Del santo
Evangelio según san Marcos: 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró en
la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos
estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús
le dijo al tullido: "Levántate y ponte allí en medio".
Después les preguntó: "¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el
bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que
dejarlo morir?". Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira
y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: "Extiende
tu mano". La extendió, y su mano quedó sana. Entonces se salieron los
fariseos y comenzaron a hacer planes, con los del partido de Herodes, para
matar a Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
La Eucaristía y el Sacrificio de
Jesucristo
En este punto hay que anotar
algo. Cristianos no católicos ven en lo que hemos planteado del sacerdocio
único de Cristo y de la ofrenda única de Cristo argumentos para esgrimir en
contra del sacerdocio en la Iglesia Católica. Según ellos, la Misa sería un
sacrificio repetido que nos devuelve al régimen del Antiguo Testamento. Con el
mismo pensamiento afirman que la multiplicación de sacerdotes en nuestra
Iglesia es tan reprobable como el sacerdocio levítico, ya superado por el
sacrificio del Señor en la Cruz.
No se puede negar que hay lógica
en esta crítica, y que es necesario responder con algo más que reprobaciones
generales. Pero a poco que se piense se ve que no hay lugar a las objeciones de
estos cristianos. Cada uno de los sacrificios de la alianza de Moisés tenía una
víctima distinta, un corderito o un cabrito distinto, digamos por caso. En la
Misa siempre la Víctima es una y la misma.
En el régimen antiguo cada
sacerdote era distinto, ahora en cambio, cada sacerdote celebra, y
especialmente, consagra la Santísima Eucaristía "en persona de
Cristo", pues está clarísimo que ningún ser humano por sí mismo, ni aunque
fuera inmensa su virtud, tiene potestad como para hacer posible la presencia
real de Cristo y de su ofrenda sobre el altar eucarístico. Es decir, también en
este aspecto hay que afirmar que el sacerdocio de Cristo no se
"divide" en sus sacerdotes, y por lo mismo tampoco "cesa"
en unos para alcanzar luego a otros, cual sucedía en el régimen anterior.
Por eso, lejos de atemorizarnos
por las objeciones de evangélicos u otros cristianos no católicos, hemos de
agradecer que sus mismos reparos nos ayudan a comprender un poco mejor cuánta
ha sido la misericordia divina al participar, sin menguar, su divino ministerio
a hombres frágiles como nosotros.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que con un
solo y único sacrificio, el de su Hijo, redimiste a tu pueblo y lo adoptaste
para siempre, concédele los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.
Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos miembros
de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo bautismo; por Él
has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu Santo, admirable
constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y autor de la unidad,
el cual habita en tus hijos de adopción, santifica a toda la Iglesia y la
dirige con sabiduría.
Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Co 10, 17)
Todos los que participamos de
un mismo pan y un mismo cáliz, no obstante ser muchos, somos un so cuerpo como
uno solo es el pan.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión
que hemos recibido, signo de nuestra fraternidad en Cristo, realice la unidad
en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.