23 de enero de 2013

Miércoles de la 2ª semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C



Santos: Ildefonso de Toledo, obispo; Emerenciana de Roma, mártir; Francisco Gil de Frederic, Martin Feria (Verde)

SACERDOTE PERPETUO
Hb 7,1-3.15-17; Mc 3,1-6
La ingeniosa interpretación que hace el autor de la Carta a los Hebreos de los relatos patriarcales le permite fundar la existencia de un linaje sacerdotal distinto al de Levi. Sabemos que el Señor Jesús no procedía del linaje levítico y que en su vida no ejerció ningún oficio sacerdotal estrictamente hablando. No obstante lo anterior, el Evangelio de san Marcos nos presenta a Jesús realizando acciones curativas a favor de los enfermos y paralíticos. La acción vivificante de Jesús transforma la situación de postración y marginalidad de los enfermos. Con las curaciones el Señor Jesús los reintegraba a la comunidad de Israel y les abría el camino para participar de las fiestas litúrgicas y de las celebraciones comunitarias. El oficio sacerdotal incluía la reconciliación con Dios y el perdón de los pecados. La curación era sin duda efecto del perdón. El que devolvía la salud, necesariamente otorgaba la reconciliación con Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 10, 14-15)
Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, de la misma manera que el Padre me conoce a mí y yo al Padre; y doy la vida por ellas.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos amas tanto, envía sobre nosotros la gracia abundante de tú espíritu, para que, viviendo con verdad nuestro cristianismo, demos al mundo testimonio de la verdad y busquemos confiados la unidad de todos los creyentes en la paz verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo..

LITURGIA DE LA PALABRA
Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.

De la carta a los hebreos: 7, 1-3. 15-17

Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando este volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima parte de todo el botín.

El nombre de Melquisedec, significa rey de justicia y el titulo rey de Salem, significa rey de paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la figura del Hijo de Dios, y como permanece sacerdote para siempre.

En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los sacerdotes fueran de la tribu de Levi. La palabra misma de Dios lo atestigua, cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Comentario:
Cristo, sacerdote para siempre

Un argumento central en la Carta a los Hebreos es que el antiguo sacerdocio era imperfecto, y que ello se demuestra por la repetición de los sacrificios y por la sucesión interminable de sacerdotes. "Muchas ofrendas" significa que ninguna alcanzaba la verdadera purificación; "muchos sacerdotes" significa que ninguno ofrece el verdadero sacrificio. Por contraste, Cristo es único. Su ofrenda es única. Su sacerdocio es único. Su sacrificio no se repite, y ello mismo muestra que es perfecto.

Estas palabras tenían que resonar con especial dureza en los destinatarios de la Carta, entre los cuales, según los estudiosos de la Biblia, debió de haber muchos convertidos del sacerdocio según la ley de Moisés. A ellos sobre todo interesa explicarles cuánto supera el nuevo sacerdocio al antiguo, porque quizá por un poco de nostalgia o quizá porque la vida de los antiguos sacerdotes dependía mayormente del culto, era más difícil su conversión y más difícil su perseverancia.

Si el sacerdocio de Cristo es único, no puede transmitirlo al modo hereditario de los antiguos sacerdotes, sino en un "orden" nuevo, un "rito" nuevo, que aquí se describe como propio de Melquisedec. En efecto, salvo los sacerdotes paganos y los cultos idolátricos, sólo hay dos imágenes de sacerdocio en el Antiguo Testamento: el modo levítico, hereditario, basado en los sacrificios de animales, y el modo de Melquisedec, sin rastro terreno ni descendencia terrena, cuyo origen y dignidad se hunden en el misterio. Es claro que sólo este sacerdocio podía prefigurar al de Cristo.


Del salmo 109 R/. Tú eres sacerdote para siempre.

Esto ha dicho el Señor a mi Señor. "Siéntate a mi derecha; yo hare de tus contrarios el estrado donde pongas los pies". R/.

Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y dominarás al enemigo. R/.

Es tuyo el Señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec". R/.



ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.

Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad. R/.


¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?

Del santo Evangelio según san Marcos: 3, 1-6

En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido: "Levántate y ponte allí en medio".

Después les preguntó: "¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?". Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: "Extiende tu mano". La extendió, y su mano quedó sana. Entonces se salieron los fariseos y comenzaron a hacer planes, con los del partido de Herodes, para matar a Jesús. 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
La Eucaristía y el Sacrificio de Jesucristo

En este punto hay que anotar algo. Cristianos no católicos ven en lo que hemos planteado del sacerdocio único de Cristo y de la ofrenda única de Cristo argumentos para esgrimir en contra del sacerdocio en la Iglesia Católica. Según ellos, la Misa sería un sacrificio repetido que nos devuelve al régimen del Antiguo Testamento. Con el mismo pensamiento afirman que la multiplicación de sacerdotes en nuestra Iglesia es tan reprobable como el sacerdocio levítico, ya superado por el sacrificio del Señor en la Cruz.

No se puede negar que hay lógica en esta crítica, y que es necesario responder con algo más que reprobaciones generales. Pero a poco que se piense se ve que no hay lugar a las objeciones de estos cristianos. Cada uno de los sacrificios de la alianza de Moisés tenía una víctima distinta, un corderito o un cabrito distinto, digamos por caso. En la Misa siempre la Víctima es una y la misma.

En el régimen antiguo cada sacerdote era distinto, ahora en cambio, cada sacerdote celebra, y especialmente, consagra la Santísima Eucaristía "en persona de Cristo", pues está clarísimo que ningún ser humano por sí mismo, ni aunque fuera inmensa su virtud, tiene potestad como para hacer posible la presencia real de Cristo y de su ofrenda sobre el altar eucarístico. Es decir, también en este aspecto hay que afirmar que el sacerdocio de Cristo no se "divide" en sus sacerdotes, y por lo mismo tampoco "cesa" en unos para alcanzar luego a otros, cual sucedía en el régimen anterior.

Por eso, lejos de atemorizarnos por las objeciones de evangélicos u otros cristianos no católicos, hemos de agradecer que sus mismos reparos nos ayudan a comprender un poco mejor cuánta ha sido la misericordia divina al participar, sin menguar, su divino ministerio a hombres frágiles como nosotros.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que con un solo y único sacrificio, el de su Hijo, redimiste a tu pueblo y lo adoptaste para siempre, concédele los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.

Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y autor de la unidad, el cual habita en tus hijos de adopción, santifica a toda la Iglesia y la dirige con sabiduría.

Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Co 10, 17)
Todos los que participamos de un mismo pan y un mismo cáliz, no obstante ser muchos, somos un so cuerpo como uno solo es el pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión que hemos recibido, signo de nuestra fraternidad en Cristo, realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.