Santos: Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia; Julián de Cuenca, obispo. Beata
Boleslava María Lament, fundadora. Memoria (Blanco)
SE OFRECIO UNA SOLA VEZ
Hb 9,15.24-28; Mc 3,22-30
La desesperación de los adversarios de Jesús los llevó a inventar
argumentos tan descabellados como los que escuchamos en el Evangelio de san
Marcos. Tanto era su interés por desautorizarlo que lo presentaron
simultáneamente como enemigo y colaborador de Satanás, rebasando los principios
elementales de la lógica. Esta escena es la ilustración fehaciente del "no
hay peor ciego que el que no quiere ver", puesto que los letrados venidos
de Jerusalén no eran personas ignorantes, sino autoridades cerradas en la defensa
de sus prejuicios e intereses particulares. No defendían ni buscaban el
designio de Dios, sino la confirmación de sus propias ideas. Las acusaciones de
aquellos pretendidos representantes de Dios, quedaron desmentidas con el
triunfo pascual de Jesús. La Carta a los Hebreos autentifica el camino
recorrido por Jesús durante su vida mortal. Quien viva como Jesús, obediente al
Padre alcanzará la gloria decisiva. En cambio quienes pretenden usurpar el
honor de Dios para salvaguardar sus intereses, serán desacreditados.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 4,
18)
El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque
me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a
los cautivos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios nuestro, que hiciste de Tomas de Aquino un hombre
admirable por su anhelo de santidad y su dedicación a las ciencias sagradas,
ayúdanos a comprender su doctrina y a imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Cristo se ofreció una sola vez para guitar los pecados de todos; y
se manifestará por segunda vez para la salvación de aquellos que lo aguardan.
De la carta
a los hebreos: 9, 15. 24-28
Hermanos: Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su
muerte hizo que fueran perdonados los delitos cometidos durante la antigua
alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia eterna que
Él les habla prometido. Porque Cristo no entró en el santuario de la antigua
alianza, construido por mano de hombres y que solo era figura del verdadero,
sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo
por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para
ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y
otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer
muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, Él se manifestó una sola
vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el
sacrificio de sí mismo.
Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después
de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para
quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya
no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan y
en Él tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios.Te alabamos, Señor.
Comentario:
Eucaristía como sacrificio
Hoy solemos insistir en la dimensión fraternal de la Eucaristía.
Es frecuente, por ejemplo, que se presente la Misa como el banquete que
celebramos en torno a Jesús, o como una comida de familia, o como una cena en
que departen los amigos. Todo esto es cierto y de nada puede decirse con tanta
verdad como de la Eucaristía. Pero el misterio eucarístico no se limita al
encuentro fraterno y pretender limitarlo a ello terminaría por desfigurarlo.
En la Eucaristía hay Uno que con la perfección de su amor puede
asumir, purificar y levantar nuestros amores. No somos hermanos porque nos
digamos hermanos sino porque la Sangre que Él derramó en la Cruz declaró
nuestra iniquidad, hizo posible el arrepentimiento de nuestras obras muertas y
nos llamó a creer en la gracia que viene de lo alto. Acogiendo entonces con
humilde fe el regalo inmenso de su divino Espíritu, hemos llegado a ser hijos
en el Hijo y por eso, sólo por eso, somos hermanos.
Dicho con otras palabras, aunque en la Santa Misa están presentes
tanto la dimensión "fraternal" de banquete como la dimensión
"sacrificial" de la inmolación, es ésta la que soporta a aquélla: es
el sacrificio el que hace posible el amor entre nosotros, pues por nuestras
solas fuerzas no podíamos aceptarnos y amarnos al grado que requiere nuestra
propia miseria.
Cólmese, pues, de gratitud el alma cristiana y al recibir
devotamente la Hostia Consagrada, descubra allí el mismo don y el mismo
misterio del Calvario.
Del salmo 97 R/. Cantemos
al Señor un canto nuevo.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su
santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los
pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de
los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. 2 Tm 1,
10) R/. Aleluya, aleluya
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte ha hecho resplandecer la
vida por medio del Evangelio R/.
Satanás ha sido derrotado.
Del santo Evangelio según
san Marcos: 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén,
decían acerca de Jesús: "Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de
los demonios, y por eso los echa fuera". Jesús llamó entonces a los
escribas y les dijo en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una
familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se
rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin.
Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si
primero no lo ata. Solo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonaran todos sus pecados y todas
sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá
perdón; será reo de un pecado eterno". Jesús dijo esto, porque lo acusaban
de estar poseído por un espíritu inmundo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
La página del evangelio nos dice que si un reino está dividido no
puede subsistir. La unidad de la Iglesia es un deseo de Cristo. ¿Qué es lo que
nos divide a los cristianos? Lo que nos separa de Cristo. El pecado por
ejemplo, particularmente aquellos que hieren la caridad y la obediencia, porque
nos aíslan de los demás miembros del cuerpo de Cristo y nos alejan de los
representantes del Señor. Los primeros cristianos nos dan ejemplo de cómo vivir
la unidad. Ellos superaron las barreras sociales, económicas o culturales. Todo
lo que poseían lo ponían en común con generosidad, rezaban por los demás y se
animaban unos a otros a perseverar en la fe en Jesucristo. ¿Vivimos así como
ellos? No nos permitamos herir nunca la unidad. Que todas nuestras palabras
sean para construir la caridad. No accedamos jamás a hablar mal de nadie y
perdonemos siempre. Aunque suene fuerte decirlo, vale la pena meditar en que la
caridad es el signo de los discípulos de Cristo y la maledicencia lo es de los
hijos de Satanás.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que estos dones, Señor, que to presentamos en honor de tus santos
y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la
salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
(Mt 28, 20)
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice
el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos
encamine al cielo que ya mereció obtener santo Tomas de Aquino, sirviéndote con
fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.