MONICIÓN DE ENTRADA
Sed
todos bienvenidos a la Eucaristía. Comenzábamos el lunes pasado la primera fase
del Tiempo Ordinario que nos llevará hasta el 13 de febrero-- Miércoles de
Ceniza--en que iniciaremos la Cuaresma. Hoy, en este Segundo Domingo del Tiempo
Ordinario vamos a asistir al primer milagro de la vida pública de Jesús de
Nazaret. A petición de su Madre, María, transforma 600 litros de agua en vino
de excelente calidad. A los novios se les agotaba el vino para agasajar a sus
invitados y la Virgen quiso evitarles esa vergüenza. Es un comienzo muy
singular por parte de Jesús... en una boda, una celebración llena de alegría y
esperanza. Por otro lado, Pablo nos va a hablar del Espíritu Santo, el gran
inspirador de toda acción religiosa. Y esta semana también, el viernes, 18,
comenzábamos el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. El
Espíritu ha de estar con nosotros para conseguir lo que Cristo siempre nos
pidió: que todos sus seguidores fuéramos uno en el amor… Hoy es, asimismo, la
Jornada Mundial de las Migraciones. Las migraciones –emigrantes e inmigrantes—
están muy presentes en nuestra vida actual. Demos la importancia que tiene
dicha celebración pontificia y ayudemos con nuestra oración y nuestro apoyo
material a un fin muy actual y muy notable.
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
1.- El profeta Isaías en
la primera lectura nos desvela una profecía muy singular para nosotros: el
Mesías es presentado como el Esposo de Israel que traería la paz y la alegría a
su pueblo. Y como seguiremos viendo todas las lecturas de hoy tienen ese
contenido especial de matrimonio, de esponsales entre Dios y su pueblo.
S.- El salmo 95 tenía
para el pueblo judío la idea de un Dios único y portador de toda la fuerza. Y
era el pueblo de Israel quien debía de comunicar a todos los demás pueblo esa
realidad importante y alegre. Esta idea de Dios como rey universal llega hasta
nosotros y por eso le cantamos y le festejamos.
2.- La lectura de la
Primera Carta de San Pablo a los fieles de Corinto nos acompañará hasta el
domingo quinto de este primer tramo del tiempo ordinario, como segunda lectura
de nuestras eucaristías. Refiere los diferentes dones y carismas que el Espíritu
Santo otorga a los fieles para vivir mejor y ser más felices puestos todos en
presencia de Dios.
3.- Jesús de Nazaret
inicia su misión en una boda, por indicación de su Madre, la Virgen María y
convirtiendo considerables cantidades de agua en un vino excelente. No puede
haber principio más bello y alegre. El episodio de las Bodas de Caná merece
toda nuestra atención al escucharlo y reflexionar, después, en él por su
significado y matices.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Una
semana más el padre Leoz nos ofrece esta oración para estos momentos de paz y
quietud de nuestra Eucaristía.
ANTES DE FEINALIZAR
Antes de finalizar esta Eucaristía, Señor,
queremos darte gracias por tu presencia en medio de
nuestra fiesta.
Sin Ti, no sería lo mismo.
Sin Ti, nos faltaría algo.
Sin Ti, no tendríamos fuerzas para seguir
adelante.
Ayúdanos Señor a descubrir en tu persona
la huella de Dios y a dejarnos transformar
por tu mano que siempre es poderosa
por tu Palabra que siempre es sabia
por tus caminos, que siempre son seguros
por tu mirada, que siempre es profunda
por María,
que desea siempre el bien de todos nosotros.
Amén.
Exhortación de despedida
Una
boda es siempre motivo de alegría. Y Jesús hizo un prodigio –trasformar 600
litros de agua en otro tanto de vino bueno—que evitó la tristeza o el
desencanto de los novios. Salgamos con alegría del templo, que siempre hay
motivos para alegrarse, a pesar de las dificultades.
MISA
CON NIÑOS
Sección
realizada por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en
Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan
Díaz Zaragoza.
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días y bienvenidos a todos a esta celebración.
Todos
los domingos en nuestra parroquia celebramos una fiesta, venimos al templo y
celebramos la FIESTA DE JESÚS. Hoy vamos a estar muy atentos para poder
escuchar que a Dios le gusta hacer fiesta, que le gusta estar alegre y que nos
ama.
Que
lo que más desea Dios es que los hombres vivamos nuestra vida como si fuera una
fiesta, una vida repleta de sorpresas, risas juego y alegría.
Para
poder estar siempre alegres Jesús nos descubre un pequeño secreto: cuanto más
se ama a los demás, más felices seremos y si somos capaces de amar mucho a
todos, nuestra vida sí será una auténtica fiesta.
Comenzamos
ahora la fiesta de Jesús cantando con mucha alegría y con todas nuestras
fuerzas.
PETICIONES DE PERDÓN
1.- Por las veces en las
que únicamente pensamos en nosotros mismos y no nos preocupamos de compartir
con los demás. Señor, ten piedad.
2.- Por las veces en las
que con nuestro comportamiento y con nuestras palabras ponemos tristes a
nuestros amigos. Cristo, ten piedad.
3.- Por las veces en las
que no damos las gracias a todos los que se preocupan por nosotros; nuestros
padres, hermanos, amigos y profesores. Señor, ten piedad.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
En
la primera lectura, el profeta Isaías nos explica cómo Dios nos ama a cada uno
de nosotros utilizando una comparación: nos dice que Dios nos ama de un modo
parecido a como un novio ama a su novia, o un marido a su mujer. Y así como un
novio y una novia sienten una gran alegría cuando están juntos, así se alegra
Dios de estar junto a nosotros. Escuchemos con atención.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
La
segunda lectura nos recuerda que Dios nos ha hecho muchos regalos: el regalo de
la vida, el regalo de nuestra fe, de nuestra inteligencia, de la imaginación,
de la alegría, etc. Pero Dios nos ha regalado todo esto para algo muy
importante, para compartirlo con los demás.
Y en
el evangelio, veremos a Jesús haciendo su primer milagro en una boda.
Escuchemos con atención.
PETICIONES
1.- Por la Iglesia y
todos los que formamos parte de ella, para que en estos momentos en los que
encontramos tanto desánimo y tristeza en nuestro mundo, seamos testimonio de la
alegría y del amor de Dios. Roguemos al Señor.
2.- Por los gobernantes,
para que gobiernen siempre con justicia y, como María en las bodas de Caná, se
dediquen a estar pendientes de las necesidades de todos y cada uno de los
ciudadanos. Roguemos al Señor.
3.- Por todos los
matrimonios y familias de El Altet para que siempre vivan y se mantengan
unidas, aprendiendo a vivir con el amor y la generosidad con la que nos ama
Dios. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, niños
y niñas de El Altet, para que nunca nos falte la alegría y la sonrisa, y
siempre estemos atentos para intentar alegrar a todos los que nos rodean.
Roguemos al Señor.
5.- Por todos los que
estamos hoy aquí, para que entendamos que el amor infinito de Dios hacia los
hombres, nos transmite la responsabilidad de entregar todo nuestro amor hacia quienes más lo necesitan. Roguemos al Señor.
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