Día V de la octava de Navidad
Santos: Tomás Becket, mártir; David,
Profeta y rey. Beato Gerardo de Valenza, religioso.
Vísperas
I de mañana: todo propio. Tomo I: p. 280. Para los fieles: p. 86. Edición
popular: pp. 418 y 13. Feria (Blanco)
LA
MIRADA PENETRANTE DE SIMEÓN
1 Jn
2,3-11; Lc 2,22-35
La persona no puede vivir sin
esperanza. Simeón había vivido largos años porque no se había dejado arrebatar
la esperanza. La esperanza del anciano Simeón nunca se había extraviado porque
estaba bien cimentada. Este hombre sabio no había rendido culto a figuras
humanas frágiles y decepcionantes. Su esperanza y su expectativa estaban puestas
en el Dios fiel, que siempre había mantenido sus promesas. Cuando atisbó la
llegada de la salvación al ver ingresar a una familia que venía al templo para
presentar a su hijo recién nacido, experimentó una profunda tranquilidad que le
permitió despedirse sin angustia alguna de este mundo. La Primera carta de San
Juan nos ofrece un parámetro y un referente incomparable para medir nuestra
fidelidad al Padre: quien ama de corazón a sus hermanos y vive conforme a la
verdad del Evangelio vive en la luz. En cambio, quien justifica de alguna
manera sus actitudes revanchistas y experimenta odio por sus adversarios, no ha
conocido la verdad de Jesús.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo,
que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino
que tenga vida eterna.
Se dice Gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que
con la venida de tu Hijo, luz verdadera, has disipado las tinieblas del mundo,
míranos con amor y ayúdanos a celebrar con cantos y alabanzas la gloria del
nacimiento de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
El que ama a su hermano
permanece en la luz.
De la
primera carta del apóstol san Juan: 2, 3-11
Queridos hermanos: En esto
tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un
mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el
amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que
estamos unidos a Él. El que afirma que permanece en Cristo debe de vivir como
Él vivió.
Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento
antiguo, que ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo, es la
palabra que han escuchado, y sin embargo, es un mandamiento nuevo éste que les
escribo; nuevo en Él y en ustedes, porque las tinieblas pasan y la luz
verdadera alumbra ya.
Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en las
tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien
odia a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas y no sabe a
dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Comentario:
Ofertas de Luz
Las lecturas de hoy van unidas en
el tema de la luz. El que está en Cristo tiene luz porque Cristo mismo es la
luz. ¿Qué significa esto para nosotros?
Es interesante al respecto
recordar que los cristianos llamaban "iluminación" a la recepción del
bautismo: era entendido este sacramento como entrar en la luz.
Mas luego llegaron otras ofertas
de luz. En el siglo XVIII se llamó "oscura" a la época en que la fe
tenía preponderancia social y presencia académica. El tiempo entre el humanismo
griego y el humanismo renacentista fue considerado una época
"sombría," de modo que ser bautizado y público creyente fue
considerado "oscurantismo." Los pensadores que estas cosas decían
llamaron a su propio tiempo "iluminación," o, como es conocido más
comúnmente, "ilustración."
La luz vuelve a ser tema en la
Nueva Era. En multitud de metáforas y sugestivas imágenes la Nueva Era nos
quiere invitar a acoger la luz, pero esta vez se trata de una luz que ya no
predica la sola (y "fría") racionalidad sino que anuncia una especie
de experiencia espiritual, de fusión con el cosmos o de conexión con potencias
celestiales o mensajeros de sabiduría.
En el ambiente esotérico es común
hablar de los "grandes maestros" (entre los que estaría el mismo
Cristo) y presentarlos como ejemplos de verdaderos "iluminados."
Según estos "nuevaeristas," la iluminación viene a través de la
meditación, la superación o anulación del ego, y otras cosas que en realidad
pretenden superar los males del racionalismos egocéntrico de la Modernidad, es
decir, de la anterior Iluminación o Ilustración.
Del
salmo 95 R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra;
cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de
nación en nación, sus maravillas. R/.
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; hay gran esplendor en su presencia y
lleno de poder está su templo. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 2 32) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo es la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel.
R/.
Cristo es la luz que
alumbra a las naciones.
Del
santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-35
Transcurrido el tiempo de la
purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo
primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice
la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios,
que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le
había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido
por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y
bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías
prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para
bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu
pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón
los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido
puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará
contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los
corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Chanoine
Dr. Daniel MEYNEN (Saint Aubain, Namur, Bélgica)
Ahora, Señor, puedes (...) dejar
que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación
Hoy, 29 de diciembre, festejamos
al santo Rey David. Pero es a toda la familia de David que la Iglesia quiere
honrar, y sobre todo al más ilustre de todos ellos: ¡a Jesús, el Hijo de Dios,
Hijo de David! Hoy, en ese eterno “hoy” del Hijo de Dios, la Antigua Alianza
del tiempo del Rey David se realiza y se cumple en toda su plenitud. Pues, como
relata el Evangelio de hoy, el Niño Jesús es presentado al Templo por sus
padres para cumplir con la antigua Ley: «Cuando se cumplieron los días de la
purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para
presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor» (Lc 2,22-23).
Hoy, se eclipsa la vieja profecía
para dejar paso a la nueva: Aquel, a quien el Rey David había anunciado al
entonar sus salmos mesiánicos, ¡ha entrado por fin en el Templo de Dios! Hoy es
el gran día en que aquel que San Lucas llama Simeón pronto abandonará este
mundo de oscuridad para entrar en la visión de la Luz eterna: «Ahora, Señor,
puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto
mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos»
(Lc 2,29-32).
No se dice Credo.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que
te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso
intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a
ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
I-III de Navidad.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 78)
Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios, nos ha visitado Cristo, el Sol que nace de lo alto.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso
que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida
cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.