Los Santos Inocentes, mártires
Santos: Catalina Volpicelli, fundadora. Beata Mattia Nazareno, abadesa.
Fiesta (Rojo)
CUANDO NOS MOVEMOS EN LA
LUZ I Jn 1,5-2,2; Mt 2,13-18
Dice la Primera carta de san Juan que quien se mueve en la luz, se
solidariza con sus hermanos y lleva consigo la verdad de Jesús. En cambio,
quien vive en las tinieblas, miente y su conducta no es sincera. La oposición
entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y la mentira, es constante en la
tradición del cuarto evangelista. El cristiano que confiesa humildemente sus
pecados y se decide a ordenar su vida conforme al mandato del amor fraterno
vive conforme a la luz. En el Evangelio de san Mateo encontramos un pasaje
conocido tradicionalmente como la matanza de los inocentes. El rey Herodes era
sobradamente conocido por su crueldad y por su enfermiza obsesión por el poder.
Con tal de conservarlo no vaciló en quitar de en medio ni siquiera a sus
propios hijos. La ambición de poder lo empujó a ensañarse contra víctimas
inocentes. Para los profetas cristianos, era importante mostrar que Jesús era
un verdadero israelita que estaba rehaciendo la historia de Moisés y sus
hermanos, perseguidos desde pequeños en Egipto.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los niños inocentes murieron por Cristo;
ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti, Señor.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio
de Cristo, no de palabra, sino con su sangre, ayúdanos a poner de manifiesto
nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con nuestra conducta
diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La sangre de Cristo nos purifica de todo
pecado.
De la primera carta del
apóstol san Juan: 1, 5-2, 2
Queridos hermanos: Éste es el mensaje que hemos escuchado de
labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos: Dios es luz y en El no hay
nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad,
mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como Él
vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo
Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la
verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados,
Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad.
Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado
verdaderamente su palabra.
Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca,
tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque Él se
ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los
nuestros, sino por los del mundo entero.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
Dios es Luz
Juan a menudo utiliza términos que en su contraposición nos
enseñan, precisamente porque hacen más claro el mensaje: amar-odiar, dar
vida-dar muerte, luz-tinieblas.
Parece trivial decir que Dios es luz, en cuanto que estamos
acostumbrados a pensar a Dios desde la lógica del ser perfectísimo, y en ese
esquema es "obvio" que Dios, por decirlo de algún modo,
"debe" ser luz.
Juan no razona desde una especulación previa sobre Dios. No piensa
primero a Dios para luego deducir cómo debe ser. La experiencia de un Dios que
es luz es ante todo la experiencia de un Dios que revela, que trae claridad,
que desenmascara la mentira, que deja ver su designio y devuelve su sentido a
cada palabra y a cada actitud.
Del salmo 123 R/. Nuestra
vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos
habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un
torrente de aguas encrespadas.
Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes.
R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa
se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el
cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, el
ejército glorioso de los mártires te aclama. R/.
Herodes mandó matar a todos los niños menores
de dos años en la comarca de Belén.
Del santo Evangelio según
san Mateo: 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se
le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su
madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para
Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo
el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso
furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de
dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un
grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no
quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El poder endiosado es un poder homicida
El evangelio, por su parte, alude a la fiesta de hoy. Su mensaje,
dramáticamente serio y actual, se resume en esto: el poder endiosado es un
poder homicida.
Raquel llora a sus hijos. Fue esta mujer la imagen de la esposa
amada de Jacob. Sus hijos son los frutos del amor y no de la simple pasión, y
por ello el pueblo de Israel miró a Raquel como a su madre y no a Lía o Lea, la
otra esposa que Jacob, que vino a ocupar el lugar, triste es decirlo, de un
precio por trabajos de Jacob. El sentido, pues, de este llanto es: el amor ha
sido tronchado, la crueldad se ha ensañado contra el amor.
Los planes de Herodes fracasan. Ha mostrado su poder derrotando a
madres inermes y asesinando niños. Con esa ostentación ha dejado al descubierto
sobre qué bases gobierna y a quién sirve su fuerza. Sobre las ruinas de ese
fracaso el plan de Dios sigue su marcha. Nunca fue más cierto que "Dios
escribe derecho en renglones torcidos".
Jesús en Egipto es el inmigrante, el desplazado por la violencia,
el extranjero, el que nada cuenta. Su humillación del pesebre era la primera a
vista del mundo, pero no sería la única, pues con ella se abre esta serie de
iniquidades padecidas que nos muestran qué "carne" ha tomado Cristo.
No es simplemente nuestra "biología", son los aspectos más terribles
de nuestro ser en el mundo... hasta el extremo mismo de la Cruz. Cristo,
¡gracias!
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos con amor y, por este
sacrificio de salvación, con el que redimes aun a los que no te conocen,
purificanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de
Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap
14, 4)
Ellos son los rescatados como primicias de la humanidad para Dios
y el Cordero; ellos son el cortejo del Cordero adondequiera que vaya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Dios nuestro, que en virtud del nacimiento de Cristo otorgaste a
los Santos Inocentes el premio de la gloria, concédenos, por el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, que hemos recibido, participar abundantemente de tu
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nota sobre las lecturas de la Octava de Navidad
Los días de la semana posterior a la Navidad conforman una
"octava" es decir, un conjunto de ocho días que prolongan la
meditación y la celebración de la fiesta mayor que les precede. En la
actualidad la Iglesia conserva sólo dos octavas: la de Pascua y la de Navidad.
En la octava de Navidad no es tan fácil descubrir el hilo
conductor en torno al misterio de Cristo, tal vez por la variedad de fiestas
que la tradición de veinte siglos nos ha entregado para estos días: San
Esteban, San Juan Evangelista, y ahora los Santos Inocentes.
Sin embargo, sí hay una continuidad detectable en la primera
lectura de la misa de estos días, que va siguiendo, a partir de la fiesta de
San Juan Evangelista, los textos de la Primera Carta de este apóstol, a modo de
meditación sobre el misterio de la Encarnación. Esta es, en efecto, la carta
que habla de "lo que hemos visto y oído acerca de la Palabra de Vida, pues
la vida se ha manifestado" (1 Jn 1,1-2).
Homilías de Fr. Nelson
Medina, O.P.