MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid nuestra más cordial bienvenida. Vamos a comenzar la
eucaristía del último domingo del Tiempo Ordinario y que se dedica a Jesús de
Nazaret como Rey del Universo. Esta solemnidad se estableció por el papa Pío XI
el 11 de diciembre de 1925, hace casi noventa años. La realeza de Cristo no es
de fuerza, sino de amor. No busca imponer, sino convencer, es cabeza del Reino
de Dios, que, sin duda, está cerca y cuando llegue plenamente cambiará nuestras
vidas. Marca, también, el final del año litúrgico, porque nos recuerda el
triunfo de Nuestro Señor al final de los tiempos. Tiene, pues, sentido
finalista, pero alegre. Ha sido San Marcos quien nos ha acompañado en los
relatos evangélicos de este Ciclo B que ya termina. El próximo domingo
iniciamos el Adviento, tiempo de espera y de esperanza, y con ello se comienza
un nuevo Ciclo, el C; en el que será San Lucas nuestro acompañante por las
paginas, siempre bellas, de la Vida de Jesús. Pero ahora iniciemos con júbilo
esta eucaristía que nos muestra a Jesús como Rey del Amor y de la Paz.
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
1.- En la primera lectura, del Libro de Daniel, aparece el apelativo
de Hijo del Hombre para designar al Mesías. Jesús de Nazaret haría suya esa
denominación y la repitió siempre que quería hacer referencia a su persona y a
su misión. Pero, a su vez, la profecía de Daniel hace una muy adecuada
descripción del Mesías, que también concuerda con Cristo.
S.- El salmo 92 era considerado por los judíos como una forma de la
Ley revelada por la cual Dios reina para salvar y santificar a los hombres. En
el Templo de Jerusalén se cantaba como expresión de esa grandeza
misericordiosa. La liturgia de la Iglesia aplica este salmo a Jesús como Rey de
todo y como Salvador.-
2.- El fragmento del Libro del Apocalipsis que se proclama hoy
proclama la gloria de Jesús, su Reinado como príncipe de todos los reyes de la
tierra. Y Jesús nos convierte en súbditos de su Reino y nos hace sacerdotes a
todos. Es impresionante los que Cristo nos da hoy. Debemos escuchar y meditar
estas palabras del Apocalipsis. Son muy importantes, y definitorias de la
misión que nos ha encargado Cristo.
3.- En este ciclo B, que terminamos hoy, hemos proclamado, domingo a
domingo, el Evangelio de San Marcos, pero hoy se lee un fragmento del Evangelio
de San Juan, donde Jesús de proclama rey, sin rodeos, ni velos, pero su
reinado, que “no es de este mundo”, es una realidad de amor, paz y justicia. Y
sus súbditos buscan y procuran la verdad contenida en la voz de Jesús que nos
habla.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
El padre Javier Leoz ha querido dedicar su oración de este domingo
al Año de la Fe y a nuestra participación en el mismo. Escuchemos con mucha
atención.
EN EL AÑO DE LA FE
me consagro a Ti, oh mi Rey, como vasallo de tu Reino:
ayúdame a trabajar por él y a construirlo con tu Espíritu
Enséñame a escuchar y valorar las Escrituras de tu reinado
Inspírame acierto en mis decisiones y proyectos
para que, cuando llegues –gran Rey-
me encuentres en la azotea de tu castillo:
vigilante y atento, despierto y con fe
sin sueño, espabilado, ardiente y con esperanza.
Que cuando regreses, oh –mi gran Rey-
puedas decir de mí:
¡He aquí a un siervo bien dispuesto!
Amén
Exhortación de
despedida
Rey sencillo y amoroso que llegó a Jerusalén montado en un
borriquillo. Hemos conmemorado hoy la auténtica realeza de Jesús de Nazaret,
rey de la paz, del amor. Rey solícito con los más pobres y los más cansados. Y
les pide, siempre, que se acerquen a Él
MISA CON NIÑOS
Sección realizada por las catequistas de la Parroquia de San
Francisco de El Altet, en Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro
colaborador, don Pedro Juan Díaz Zaragoza.
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos un día más a esta celebración, hoy es un gran día
porque celebramos que Cristo es Rey, un Rey, cuyo palacio es el amor, su trono
es la cruz, su corona de espinas y sus habitaciones cada uno de nuestros
corazones. Hoy, le pedimos que como fieles seguidores suyos, nos acoja en su
Reino y nos guie en nuestras acciones con su mismo valor y fortaleza.
Comenzamos la misa cantando alegremente.
PETICIONES DE PERDÓN
1.- Por las veces que olvidamos que Tú eres el verdadero Rey. Señor
ten piedad.
2.- Por todas las veces que nos ofreces un amor sin límites y nosotros
no sabemos corresponderte. Cristo ten piedad.
3.- Por esos momentos en que no queremos formar parte de tu Reino.
Señor ten piedad.
MONICIÓN A LA
PRIMERA LECTURA
En esta primera lectura, el profeta Daniel, tiene una visión. Ve
como una especie de hijo del hombre, al que se le dará poder y autoridad sobre
todas las cosas. Daniel anuncia la llegada de Jesús, el Señor, el Rey.
Escuchemos con atención.
MONICIÓN A LA
SEGUNDA LECTURA
La segunda lectura nos hace ver la grandeza del Señor en todos sus
sentidos. Es un Príncipe que se sacrifica por nosotros y nos entrega su Reino,
a Él le debemos el poder y la gloria.
En el Evangelio, oiremos el diálogo entre Pilato y Jesús cuando
éste fue entregado, donde afirma ser Rey a pesar de las consecuencias, porque
confía en Dios y en su salvación. Escuchemos con atención.
PETICIONES
1.- Por la Iglesia, para que sus representantes permanezcan en la
misión que Cristo les encomendó. Roguemos al Señor.
2.- Por los gobernantes, para que con tu mismo valor y fortaleza, sean
capaces de afrontar los problemas que conlleva la crisis en nuestro país.
Roguemos al Señor.
3.- Por todos nosotros, para que nos guíes en nuestras acciones y nos
acojas en tu Reino como a tus fieles seguidores. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, los niños y niñas de todo el mundo, para que nos
ayudes a construir en nuestros corazones las mejores habitaciones del palacio
de tu Reino. Roguemos al Señor.
5.- Por todos aquellos que creen en la verdad y la cumplen, sin
importarles las consecuencias, para que tomemos su ejemplo y consigamos una
vida llena de alegría. Roguemos al Señor.
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