25 de noviembre de 2012

Moniciones. Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo 25 de noviembre de 2012


 MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid nuestra más cordial bienvenida. Vamos a comenzar la eucaristía del último domingo del Tiempo Ordinario y que se dedica a Jesús de Nazaret como Rey del Universo. Esta solemnidad se estableció por el papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925, hace casi noventa años. La realeza de Cristo no es de fuerza, sino de amor. No busca imponer, sino convencer, es cabeza del Reino de Dios, que, sin duda, está cerca y cuando llegue plenamente cambiará nuestras vidas. Marca, también, el final del año litúrgico, porque nos recuerda el triunfo de Nuestro Señor al final de los tiempos. Tiene, pues, sentido finalista, pero alegre. Ha sido San Marcos quien nos ha acompañado en los relatos evangélicos de este Ciclo B que ya termina. El próximo domingo iniciamos el Adviento, tiempo de espera y de esperanza, y con ello se comienza un nuevo Ciclo, el C; en el que será San Lucas nuestro acompañante por las paginas, siempre bellas, de la Vida de Jesús. Pero ahora iniciemos con júbilo esta eucaristía que nos muestra a Jesús como Rey del Amor y de la Paz.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera lectura, del Libro de Daniel, aparece el apelativo de Hijo del Hombre para designar al Mesías. Jesús de Nazaret haría suya esa denominación y la repitió siempre que quería hacer referencia a su persona y a su misión. Pero, a su vez, la profecía de Daniel hace una muy adecuada descripción del Mesías, que también concuerda con Cristo.

S.- El salmo 92 era considerado por los judíos como una forma de la Ley revelada por la cual Dios reina para salvar y santificar a los hombres. En el Templo de Jerusalén se cantaba como expresión de esa grandeza misericordiosa. La liturgia de la Iglesia aplica este salmo a Jesús como Rey de todo y como Salvador.-

2.- El fragmento del Libro del Apocalipsis que se proclama hoy proclama la gloria de Jesús, su Reinado como príncipe de todos los reyes de la tierra. Y Jesús nos convierte en súbditos de su Reino y nos hace sacerdotes a todos. Es impresionante los que Cristo nos da hoy. Debemos escuchar y meditar estas palabras del Apocalipsis. Son muy importantes, y definitorias de la misión que nos ha encargado Cristo.

3.- En este ciclo B, que terminamos hoy, hemos proclamado, domingo a domingo, el Evangelio de San Marcos, pero hoy se lee un fragmento del Evangelio de San Juan, donde Jesús de proclama rey, sin rodeos, ni velos, pero su reinado, que “no es de este mundo”, es una realidad de amor, paz y justicia. Y sus súbditos buscan y procuran la verdad contenida en la voz de Jesús que nos habla.

 Lectura de Postcomunión

MONICIÓN
El padre Javier Leoz ha querido dedicar su oración de este domingo al Año de la Fe y a nuestra participación en el mismo. Escuchemos con mucha atención.

EN EL AÑO DE LA FE
me consagro a Ti, oh mi Rey, como vasallo de tu Reino:
ayúdame a trabajar por él y a construirlo con tu Espíritu
Enséñame a escuchar y valorar las Escrituras de tu reinado
Inspírame acierto en mis decisiones y proyectos
para que, cuando llegues –gran Rey-
me encuentres en la azotea de tu castillo:
vigilante y atento, despierto y con fe
sin sueño, espabilado, ardiente y con esperanza.
Que cuando regreses, oh –mi gran Rey-
puedas decir de mí:
¡He aquí a un siervo bien dispuesto!
Amén

Exhortación de despedida
Rey sencillo y amoroso que llegó a Jerusalén montado en un borriquillo. Hemos conmemorado hoy la auténtica realeza de Jesús de Nazaret, rey de la paz, del amor. Rey solícito con los más pobres y los más cansados. Y les pide, siempre, que se acerquen a Él

MISA CON NIÑOS
Sección realizada por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan Díaz Zaragoza.

MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos un día más a esta celebración, hoy es un gran día porque celebramos que Cristo es Rey, un Rey, cuyo palacio es el amor, su trono es la cruz, su corona de espinas y sus habitaciones cada uno de nuestros corazones. Hoy, le pedimos que como fieles seguidores suyos, nos acoja en su Reino y nos guie en nuestras acciones con su mismo valor y fortaleza. Comenzamos la misa cantando alegremente.

PETICIONES DE PERDÓN

1.- Por las veces que olvidamos que Tú eres el verdadero Rey. Señor ten piedad.
2.- Por todas las veces que nos ofreces un amor sin límites y nosotros no sabemos corresponderte. Cristo ten piedad.
3.- Por esos momentos en que no queremos formar parte de tu Reino. Señor ten piedad.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
En esta primera lectura, el profeta Daniel, tiene una visión. Ve como una especie de hijo del hombre, al que se le dará poder y autoridad sobre todas las cosas. Daniel anuncia la llegada de Jesús, el Señor, el Rey. Escuchemos con atención.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
La segunda lectura nos hace ver la grandeza del Señor en todos sus sentidos. Es un Príncipe que se sacrifica por nosotros y nos entrega su Reino, a Él le debemos el poder y la gloria.
En el Evangelio, oiremos el diálogo entre Pilato y Jesús cuando éste fue entregado, donde afirma ser Rey a pesar de las consecuencias, porque confía en Dios y en su salvación. Escuchemos con atención.

PETICIONES
1.- Por la Iglesia, para que sus representantes permanezcan en la misión que Cristo les encomendó. Roguemos al Señor.
2.- Por los gobernantes, para que con tu mismo valor y fortaleza, sean capaces de afrontar los problemas que conlleva la crisis en nuestro país. Roguemos al Señor.
3.- Por todos nosotros, para que nos guíes en nuestras acciones y nos acojas en tu Reino como a tus fieles seguidores. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, los niños y niñas de todo el mundo, para que nos ayudes a construir en nuestros corazones las mejores habitaciones del palacio de tu Reino. Roguemos al Señor.
5.- Por todos aquellos que creen en la verdad y la cumplen, sin importarles las consecuencias, para que tomemos su ejemplo y consigamos una vida llena de alegría. Roguemos al Señor.
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