3 de septiembre de 2011

Sábado de la 22ª semana del Tiempo Ordinario Ciclo A.



ANTÍFONA DE ENTRADA
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste a tu Creador, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, ven en ayuda de nuestra debilidad, para que al celebrar a la Virgen María, Madre de Dios, por su poderosa intercesión nos libres de todo mal. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Col 1,21-23
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Antes, a causa de sus pensamientos y sus malas obras, ustedes eran extraños y enemigos de Dios. Pero ahora, él los ha reconciliado en el cuerpo carnal de su Hijo, entregándolo a la muerte, a fin de que ustedes pudieran presentarse delante de él como una ofrenda santa, inmaculada e irreprochable. Para esto es necesario que ustedes permanezcan firmes y bien fundados en la fe, sin apartarse de la esperanza transmitida por la buena noticia que han oído y que fue predicada a todas las criaturas que están bajo el cielo y de la cual yo mismo, Pablo, fui constituido ministro.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Por la muerte de su Hijo en la cruz, el Padre ha reconciliado a los hombres consigo. Pero esta reconciliación no se hace a la manera de dos compañeros que se encuentran y deciden olvidar el pasado. De los títulos atribuidos a Cristo en el himno paulino se deduce cómo en él, hemos quedado reconciliados con el Padre. Existe una posibilidad de paz entre el Padre y los hombres y la clave de esa posibilidad reside en Cristo. El Padre mismo pone a los hombres en estado de reconciliados en Cristo, previamente a toda iniciativa de su parte. Con el Padre no nos reconciliamos, somos reconciliados, ya que en Jesucristo se nos ofrece el perdón y la gracia que introduce en la vida eterna.
SALMO
R. ¡Dios es mi ayuda!
Sal 53, 3-4. 6. 8
Dios mío, sálvame por tu nombre, defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica, presta atención a las palabras de mi boca. R.
Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero apoyo.
Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre, porque es bueno. R.
ALELUYA Jn 14,6
Aleluya. “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Lc 6, 1-5
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Algunos fariseos les dijeron: “,Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?”. Jesús les respondió: “,Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?”. Después les dijo: “El Hijo del hombre es dueño del sábado”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Los medios son siempre secundarios. Es lo que no entendieron quienes pusieron la Ley por encima de la misma necesidad humana. El derecho de todo hombre está por encima de cualquier ley. Y el Maestro ha sido un trasgresor, no de la ley, sino de la costumbre de olvidarse del porqué y para qué está la ley. Como Señor del sábado trata de restituir la ley mosaica a su verdad. Sólo el encuentro libre y fiel del creyente con Dios tiene valor absoluto. Todo lo demás es secundario.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
En la fiesta de san Gregorio, te pedimos, Señor, que sea de provecho para nosotros este sacrificio, por el cual quisiste borrar los pecados del mundo Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Lc 12,42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el momento oportuno.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que a tus hijos alimentados con Cristo, Pan de vida, también los instruyas por Cristo, verdadero Maestro, para que, en la fiesta de san Gregorio, reciban tu verdad y la realicen en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.