26 de agosto de 2011

Viernes de la 21ª semana del Tiempo Ordinario Ciclo A.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85,1.3
Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 1Tes 4, 1-8
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos: Les rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse arrastrar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios. Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado. Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. Por eso, el que desprecia estas normas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, a ese Dios que les ha dado su Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La relación de fraternidad que existe entre los tesalonicenses hace que las exhortaciones con que Pablo se dirige a ellos sean, ante todo, un ruego que incluye mandatos e instrucciones, no en nombre propio sino «en nombre del Señor Jesús». La voluntad de Dios es que «sean santos», lo cual implica un progreso de transformación personal y comunitaria, siguiendo el camino de conducta cristiana que «ya conocen».
SALMO SaI 96,1.2.5-6.10-12
R. ¡Alégrense, justos, en el Señor!
¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables. La justicia y el derecho son la base de su trono. R. Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra. Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria. R. Tú amas, Señor, a los que odian el mal, proteges la vida de tus fieles y los libras del poder de los malvados. R.
Nace la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, en el Señor y alaben su santo nombre. R.
ALELUYA Lc 21,36
Aleluya. Estén prevenidos y oren incesantemente, así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluya.
EVANGELIO Mt 25, 1-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro’. Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes:”Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?”. Pero estas les respondieron: “No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado”. Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: “Señor, señor, ábrenos”; pero él respondió: “Les aseguro que no las conozco”. “Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
¿Jesús está poniendo como ejemplo una especie de egoísmo de estas mujeres? ¿ No deberían haber sido generosas con aquellas que no tenían el aceite en sus lámparas para que todas participen de la fiesta de bodas con el esposo? Leamos atentamente la parábola: las necias no fueron previsoras, se confiaron demasiado y no les importaba cuidar sus lámparas. El acento de la parábola no está puesto en la falta de generosidad, sino en la previsión de unas y la negligencia de las otras.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Jn 6,54
Dice el Señor: el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.