24 de agosto de 2011

Miércoles de la 21ª semana del Tiempo Ordinario Ciclo A.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 95, 2-3
Proclamen, día tras día, la salvación de Dios; anuncien su gloria entre los pueblos.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Padre, fortalece en nosotros la fe por la cual el apóstol san Bartolomé se unió profundamente a tu Hijo, y concédenos, por sus ruegos, que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Apoc 21, 9b-14
Lectura del libro del Apocalipsis.
El Ángel me dijo: "Ven que te mostraré la Esposa del Cordero". El Ángel me llevó en espíritu a una montaña de enorme altura, y me mostró la Ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios. La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino. Estaba rodeada por una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. Tres puertas miraban al este, otras tres al norte, tres al sur, y tres al oeste. La muralla de la Ciudad se asentaba sobre doce cimientos, y cada uno de ellos tenía el nombre de uno de los doce Apóstoles del Cordero.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La Iglesia tiene un solo origen: Cristo muerto y resucitado. Y por ser un proyecto histórico del Padre se apoya en los cimientos de la tradición apostólica. No hay Iglesia, si no se reconoce en ella la tradición humana que comenzó con los primeros testigos.
SALMO Sal 144, 10-13b.17-18
R. Que tus santos. Señor, manifiesten la gloria de tu Reino.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y que tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu Reino y proclamen tu poder.
R. Que tus santos. Señor, manifiesten la gloria de tu Reino.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu Reino: tu Reino es un Reino eterno, y tu dominio permanece para siempre.
R. Que tus santos. Señor, manifiesten la gloria de tu Reino.
El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad.
R. Que tus santos. Señor, manifiesten la gloria de tu Reino.
ALELUYA Jn 1, 49b
Aleluya. Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Aleluya.
EVANGELIO Jn 1, 45-51
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a Aquél de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret". Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees. Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La tradición cristiana ha reconocido en Natanael a Bartolomé. Este discípulo de Jesús, como todos nosotros, tuvo que recorrer un camino para que su fe llegara a la madurez. Sorprendido por la revelación de Jesús, no debía quedarse en esa sorpresa, tenía que seguir con los ojos y el corazón abiertos, para ver luego la maravilla de la resurrección.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante: Hermanos, oremos a Dios que ha querido edificar su Iglesia sobre la fe firme de los apóstoles, y por intercesión de San Bartolomé digamos: Te rogamos, óyenos.
·     Para que la Iglesia del nuevo milenio viva la fe que ha recibido en toda su pureza y la transmita con fidelidad, entrega y compromiso. Oremos al Señor.
·     Para que el mensaje del Evangelio arraigue en el corazón de todos los hombres y los transforme según la medida del amor de Dios. Oremos al Señor.
·     Para que los religiosos confiesen con sus vidas que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que sean muchos los que lo sigan. Oremos al Señor.
·     Para que los que tienen poder de decisión en la marcha de nuestra sociedad no ahorren esfuerzos por hacerla cada vez más justa, fraterna y solidaria. Oremos al Señor.
·     Para que los cristianos que son perseguidos a causa de su adhesión a Jesucristo, por la intercesión de San Bartolomé experimenten firmeza, ilusión y alegría serena. Oremos al Señor.
·     Para que todos nosotros, en nuestra vida cotidiana, vivamos como Jesús: haciendo el bien, amando a todos y sembrando paz. Oremos al Señor.
Celebrante: Oh Dios, que con tu poder confirmas el testimonio de aquellos que eliges para que anuncien el Evangelio; escucha nuestras súplicas, llénanos de la sabiduría de tu Espíritu y haz que permanezcamos fieles a Ti hasta que vengas a buscarnos en tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar la fiesta de san Bartolomé, en cuyo honor te ofrecemos este sacrificio de alabanza, te pedimos que gracias a su intercesión recibamos tu ayuda generosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES,
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Lc 22, 29-30
Dice el Señor: Yo les confiero la realeza como mi Padre me la confirió a mí; en mi reino ustedes comerán y beberán en mi mesa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Padre, el anticipo de la salvación eterna, en la fiesta del apóstol san Bartolomé; te pedimos que esta comunión sea nuestro auxilio en la vida presente y garantía de la vida futura. Por Jesucristo, nuestro Señor.