27 de abril de 2013

Sábado de la 4ª semana de Pascua. Ciclo C.




Santos: Beata María Guadalupe García Zavala, cofundadora. Santa Zita de Lucca, laica. Beato Nicolás Roland, fundador.

Vísperas I del domingo: 1a semana del Salterio. Tomo II: pp. 1099, 516 y 814. Para los fieles: pp. 472 y 274. Edición popular: 13 y 448. Feria (Blanco)

MEDIADOR EFICAZ ANTE EL PADRE
Hch 13, 44-52; Jn 14, 7-14
Los primeros discípulos eran asiduos a las oraciones y celebraciones de culto que se realizaban en el templo de Jerusalén. Así lo documenta el libro de los Hechos de los Apóstoles. Como todos los demás hijos de Israel invocaban con suficiente respeto y no poco temor, el nombre misterioso de Dios. Dentro de la tradición del respeto reverente al nombre santo de Dios, fueron animándose a invocar el nombre de Jesús para dirigirse confiadamente y por su medio al Padre. Ese es el ofrecimiento que el mismo Señor plantea delante de sus discípulos en el cuarto Evangelio: "Si piden algo alegando mi nombre, yo lo haré". De la eficacia del nombre y la persona de Jesús serán testigos san Pablo y san Bernabé entre sus hermanos de raza y entre las personas de buena voluntad de numerosas ciudades de la provincia de Asia.

ANTÍFONA DE ENTRADA (1 P 2, 9)
Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor, que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has hecho partícipes de la muerte y resurrección de tu Hijo por medio del bautismo, concédenos vivir de tal manera nuestros compromisos bautismales, que demos frutos abundantes de vida cristiana y podamos llegar a la plenitud del gozo eterno. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora nos dirigiremos a los paganos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 44-52

El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: "La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra". Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna.

La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio. Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Comentario:
Pablo, dirigiéndose a la comunidad de Antioquía, anuncia la Buena Noticia: que, la promesa que Dios hizo a su pueblo se ha cumplido, y prueba de ello es la resurrección de Jesús, su hijo. Pero, ¿cómo nos afecta a nosotros, seguidores y seguidoras de Cristo esta, ya real, resurrección? ¿Qué tenemos que hacer para vivir esa plenitud que Dios prometió a su pueblo y de la que ya goza su hijo? El propio Jesús nos lo dice en el Evangelio de hoy.


Del salmo 97 R/. Cantemos las maravillas del Señor. Aleluya.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.


ACLAMACIÓN (Jn 8, 31. 32) R/. Aleluya, aleluya.

Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad. R/.


Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 7-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".

Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre". 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Comentario:
San Hilario (hacia 315-367) obispo de Poitiers, doctor de la Iglesia 
De la Trinidad, 7, 34-36 
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta»
Jesús dijo: «Si me conocierais a mi, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Ven al hombre Jesucristo. Los apóstoles tienen delante de sus ojos su aspecto exterior, es decir, su naturaleza de hombre, siendo así que Dios, liberado de toda carne no es reconocible en un miserable cuerpo de carne. ¿Cómo es, pues, que conocerle sea conocer también al Padre?

Son estas palabras inesperadas las que causan turbación al apóstol Felipe...; la debilidad de su espíritu humano no le permite comprender una afirmación tan extraña... Entonces, con la impetuosidad propia de su familiaridad con Jesús y de su fidelidad de apóstol, interroga a su Maestro: «¡Señor, muéstranos al Padre y nos basta!»... No es que desee contemplar al Padre con sus propios ojos físicos, sino que pide comprender lo que está viendo. Porque viendo al Hijo bajo forma humana, no comprende cómo, por este mero hecho, haya visto al Padre...

Y el Señor le responde: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?»; lo que le reprocha es que todavía ignora quién es él... ¿Por qué no le habían todavía reconocido siendo así que durante tanto tiempo le habían buscado? Es que para reconocerle, era preciso reconocer que la divinidad, la misma naturaleza del Padre, estaba en él. En efecto, todas las obras que había realizado eran las propias de Dios: caminar sobre las aguas, dar órdenes a los vientos, llevar a cabo cosas imposibles de comprender como son, cambiar el agua en vino o multiplicar unos panes..., hacer huir a los demonios, quitar enfermedades, poner remedio a males del cuerpo, enderezar a disminuidos de nacimiento, perdonar los pecados, devolver la vida a los muertos. Esto es lo que había hecho su cuerpo de carne, y todo ello le permitía proclamarse Hijo de Dios. De aquí su reproche y su queja: a través de la realidad misteriosa de su nacimiento humano, no había percibido que era la naturaleza divina la que llevaba a cabo estos milagros a través de esta naturaleza humana asumida por el Hijo.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 24)
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en el amor a ti y al prójimo has querido resumir tus mandamientos, concédenos que, a ejemplo de la beata María Guadalupe García Zavala, no neguemos a nadie nuestra ayuda y merezcamos ser llamados con ella a compartir el Reino de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que el memorial del amor infinito de tu Hijo, que estamos celebrando, aumente en nosotros, a ejemplo de tus santos, nuestra generosidad contigo y con el prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento de tu amor que hemos recibido, nos dé fuerza para imitar el ejemplo de la beata María Guadalupe, que se consagró a ti de todo corazón y se prodigó sin descanso por el bien de tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor.