25 de abril de 2013

Jueves de la 4ª semana de Pascua. Ciclo C.




Santos: Marcos, evangelista; Pedro de San José de Betancur, fundador. Beata María Gabriela Sagheddu, religiosa. Fiesta (Rojo)




ESTÁN PASANDO POR IDÉNTICOS SUFRIMIENTOS
1 P 5, 5-14; Mc 16, 15-20
La misión cristiana comenzó en Galilea multiplicando las oportunidades de bienestar y alegría para los enfermos y oprimidos por algún tipo de aflicción. En manera alguna los primeros discípulos de Jesús anunciaban una esperanza meramente ultraterrena. La buena nueva de Jesús transformaba de inmediato el corazón y la situación de la persona. La liberación del pecado y el egoísmo renovaba interna y externamente a los creyentes. Los recién convertidos se adherían a comunidades de bautizados que establecían relaciones de solidaridad y ayuda mutua. Esa nueva socialización despertaba asombro en algunos y rechazo y hostilidad por parte de otros. En ciertos periodos las pequeñas comunidades cristianas asentadas en las grandes ciudades del imperio padecían persecuciones. La firme confianza en el triunfo de Jesús resucitado los alentaba a resistir sin dejarse dominar por el miedo y el desaliento.


ANTÍFONA DE ENTRADA (Mc 16, 15)

Vayan por todo el mundo, dice el Señor, y proclamen el Evangelio a todos los hombres. Aleluya

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Los saluda mi hijo Marcos.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5-14

Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que Él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes.

Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.

Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo. 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Aleluya.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos". R/.
El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.



ACLAMACIÓN (1 Co 1, 23. 24) R/. Aleluya, aleluya.

Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.


Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.

Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Éstos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y procla-maron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Comentario:

Cristo se ha quedado con nosotros.


En la vida humana tenemos necesidad de una presencia amiga, incluso cuando estamos solos. 


Una presencia real: la esposa, los hijos, un pariente, un compañero de trabajo, un vecino de casa...O al menos una presencia soñada, imaginaria: el recuerdo de la madre, la imagen del amigo del alma, el pensamiento del hijo que vive en otra ciudad o en otro país...

Esa presencia real o soñada nos conforta, nos consuela, nos da paz, nos motiva. Cristo se ha quedado con cada uno y con todos nosotros. La suya es una presencia real y eficaz, bien que no es visible y palpable. 

Una presencia de amigo que sabe escuchar nuestros secretos e intimidades con cariño, con paciencia, con bondad, con misericordia y con amor; que sabe igualmente escuchar nuestras pequeñas cosas de cada día, aunque sean las mismas, aunque sean cosas sin importancia; que sabe incluso escuchar nuestras rebeliones interiores, nuestros desahogos de ira, nuestras lágrimas de orgullo, nuestros desatinos en momentos de pasión...

Cristo se ha quedado contigo, a tu lado, para escucharte. La presencia de Cristo es también una presencia de Redentor, que busca por todos los medios nuestra salvación. Está a nuestro lado en la tentación, para darnos fuerza y ayudarnos a vencerla.

Es nuestro compañero de camino cuando todo marcha bien, cuando el triunfo corona nuestro esfuerzo, cuando la gracia va ganando terreno en nuestra alma. Está con nosotros en el momento de la caída, en la desgracia del pecado, para ayudarnos a recapacitar, para echarnos una mano al momento de alzarnos.

Cristo se ha quedado contigo para salvarte. ¿Piensas de vez en cuando en esa presencia estupenda de Cristo amigo y Redentor?


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte y, por intercesión del evangelista san Marcos, concede a tu Iglesia permanecer siempre fiel a la misión de anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de los Apóstoles.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, que la comunión que hemos recibido, nos santifique y nos dé fortaleza para vivir conforme al Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.