9 de febrero de 2013

Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C



Santos: Marón de Siria, ermitaño; Apolonia de Alejandría, mártir. Beata Eusebia Palomino, religiosa.

Vísperas 1 del domingo: la semana del Salterio. Tomo 111: pp. 745 y 152. Para los fieles: pp. 472 y 394. Edición popular: pp. 13 y 462. Feria (Verde)

ELLOS SE DESVELAN POR EL BIEN DE USTEDES
Hb 13,15-17. 20-21; Mc 6,30-34
El tema de la responsabilidad pastoral, del cuidado paciente y amoroso de los hermanos, está más que presente en ambos pasajes. Del lado del Evangelio de san Marcos encontramos a Jesús y sus discípulos en una situación inusual en los relatos evangélicos: ellos han regresado de un viaje de misión por las aldeas de Galilea y están urgidos de descanso. De inmediato, planean alejarse de la multitud, para recuperar sus fuerzas, sin poder conseguirlo. Jesús es visto por numerosas personas, cargadas con toda clase de aflicciones y de inmediato se ocupa de ellos. La personalidad y la actitud, que la Carta a los Hebreos, reconoce en los dirigentes de las comunidades cristianas, es la misma que la del Maestro: se desviven y se desvelan por atender a la comunidad, trabajando incesantemente por su bienestar. La enseñanza y el testimonio de los dirigentes es un aliento para mantenerse activos en la solidaridad y el servicio a los hermanos

MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Hch 1, 14)
Con un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús.

ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA
Que el Dios de la paz, que resucitó al pastor eterno de las ovejas, los enriquezca con toda clase de dones.

De la carta a los hebreos: 13, 15-17. 20-21

Hermanos: Ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, el sacrificio de alabanza, es decir el homenaje de los labios que bendicen su nombre.

No se olviden nunca de practicar la generosidad y de compartir con los demás los bienes de ustedes, porque estos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedezcan con docilidad a sus pastores, pues ellos se desvelan por ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Así podrán ellos trabajar con alegría y sin quejarse, pues lo contrario no sería para ustedes de ningún provecho.

Que el Dios de la paz, el que, mediante la sangre de una alianza eterna, resucitó de entre los muertos al pastor eterno de las ovejas, Jesucristo, nuestro Señor, los enriquezca a ustedes con toda clase de dones para cumplir su voluntad y haga en ustedes todo lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Comentario:
Un Documento Magnífico

Hemos empezado el tiempo ordinario hace cuatro semanas, y hasta ahora nos ha acompañado este documento magnífico, denso en sus enseñanzas: la Carta a los Hebreos. Un escrito siempre actual, como toda la Biblia, que ha traído luz al misterio de Cristo y luz en medio de las dificultades que experimentamos sus discípulos. Hemos aprendido a desenmascarar las disculpas propias de nuestra pereza y mediocridad, y a mirar con renovado amor la grandeza del misterio de gracia que nos ha visitado y que desde el cielo nos convoca. Ha llegado el momento de despedirnos de esta Carta, porque ni siquiera ella agota todo lo que admiramos y amamos en Jesús, el Hijo del Dios vivo.

En su cierre, el autor que nos ha acompañado a lo largo de estas semanas, nos invita a la generosidad y a obrar y vivir en una atmósfera de obediencia sana y de mutuo amor. Es todo un ideal de Iglesia: pastores solícitos del bien de sus ovejas; súbditos dóciles y agradecidos por el bien que reciben. La Iglesia no es un aula de uniformidad sino un espacio de comunión. No nos caracterizamos por tener los mismo poderes sino porque cada uno pone lo que puede en servicio de los hermanos.

Es posible que Ud. desee repasar algunas de las enseñanzas que hemos compartido durante este tiempo. En ese caso puede serle útil el esquema de la Carta a los Hebreos, que contiene en triple columna los pasajes de la Carta que se leen en la Liturgia de la Palabra en la Misa, y los enlaces a las páginas nuestras. Sea de provecho para todos, por bondad de Dios.


Del salmo 22 R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas. R/.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.


Andaban como ovejas sin pastor.

Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo: "Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco". Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Comentario:
Como ovejas sin pastor

El evangelio de hoy nos presenta una escena maravillosa en que compiten dos aspectos de la compasión de Cristo. Ve el agotamiento de sus discípulos, sin mencionar el suyo que debía ser mucho mayor, y ve la necesidad del pueblo, hambriento de la palabra de salvación. Es hermoso ver a Jesús debatirse entre estos dos rostros del amor: el amor que quiere acoger y dar reposo, y el amor que quiere sanar y enseñar. Porque en efecto el amor es a la vez recibir, aunque esto nos parezca pasivo, así como es construir el bien en otros, es decir, la parte activa.

Meditemos en el momento de la barca. Minutos antes, circulaba gente en cantidades exasperantes; de pronto se escucha sólo el rumor del agua, el silbo del viento y seguramente la voz emocionada de aquellos hombres, aprendices de apóstoles, que ya tienen tantas cosas tan buenas y memorables qué contar. Fijemos nuestra atención en ese momento único, porque al llegar a tierra otra vez estarán colmados de inquietudes, preguntas, peticiones, lamentos y quejidos... Detengamos el tiempo, miremos a Jesús, que les escucha, les hace alguna pregunta, algo les dice... ¿Qué hay en los ojos del Señor? ¿Cuál es la expresión de su mirada y qué dice su boca, aun sin palabras? Grabemos en el alma esos ojos y abramos espacio a ese corazón. Lo vamos a necesitar hoy, mañana, y el día después, y cada día... hasta que él se deje ver para siempre en el cielo.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor a la Virgen María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente a ella en la obra de la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta festividad de la Virgen María.

Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.

Porque al aceptar, junto a la cruz, el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la Sangre de Cristo.
Porque al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Consolador, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante y, desde su asunción gloriosa a los cielos, sigue mostrando su amor y protección a la Iglesia que peregrina hacia la vida eterna, hasta que venga el Señor, lleno de gloria.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo: Santo, Santo, Santo..


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 2, 1. 11)
Hubo unas bodas en Caná de Galilea a las que asistió María, la Madre de Jesús. En esa ocasión, Jesús dio principio a sus milagros, manifestó su poder y sus discípulos creyeron en Él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has concedido en este sacramento la prenda de nuestra vida eterna, haz, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen María, ilumine a todas las naciones con la luz del Evangelio y las santifique con los dones de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.