Santos: Blas de Sebaste, mártir; Óscar o Anscario de Hamburgo, obispo. Beata
María Rivier, fundadora. (Verde)
YO ESTOY
CONTIGO PARA LIBRARTE
Jr 1,4-5;
17-19; 1 Co 12, 31-13, 13; Lc 4,21-30
El motivo y el tema del auxilio y
la asistencia divina conectan el texto profético con el Evangelio. El profeta
Jeremías recibe un encargo doloroso, tiene que anunciarle a sus contemporáneos
una palabra incómoda: la renuncia a la idolatría y la injusticia serán la
condición indispensable para que Israel y Jerusalén en particular, se mantengan
libres y de pie. De no hacerlo sobrevendrán la peste, la espada, el hambre y
diezmarán al pueblo. No era un mensaje sencillo de comunicar. Era una verdad
dolorosa que encontraría resistencias. El Evangelio de san Lucas nos refiere
una escena semejante, puesto que nos presenta el discurso profético del Señor
Jesús en la sinagoga de Nazaret. Él les anuncia algo incómodo de digerir puesto
que les explica que el amor de Dios no es propiedad exclusiva de Israel. Dios
ama a hombres y mujeres de otras naciones con amor tan intenso como ama a su
pueblo escogido. El mensaje les resulta insoportable y los nazarenos intentan,
infructuosamente, desbarrancar a Jesús, que sale airoso y se aleja.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Sal 105, 47)
Sálvanos, Señor y Dios
nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder
santo y sea nuestra gloria el alabarte.
ORACIÓN
COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro,
amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
Te consagré profeta para
las naciones.
Del libro
del profeta Jeremías: 1, 4-5. 17-19
En tiempo de Josías, el Señor me
dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte en el seno materno, te
conozco; desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las
naciones. Cíñete y prepárate; ponte en pie y diles lo que yo te mando. No
temas, no titubees delante de ellos, para que yo no te quebrante.
Mira: hoy te hago ciudad fortificada, columna de hierro y muralla de bronce,
frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judá, como de sus
jefes, de sus sacerdotes o de la gente del campo. Te harán la guerra, pero no
podrán contigo, porque yo estoy a tu lado para salvarte".
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Comentario:
Jeremías predicó antes y durante
la caída de Jerusalén ante Babilonia. De acuerdo a la tradición, fue exiliado a
Egipto y murió como un mártir.
Este pasaje describe la llamada
de Jeremías. Al igual que otros profetas, Jeremías fue llamado por Dios en
cuatro pasos: 1) La comisión del profeta por Dios, 2)Objeciones del profeta, 3)
La seguridad de Dios al profeta, y 4) El signo de Dios al profeta. Los versos 4-5 describen el primer paso del
proceso, la Comisión de Jeremías. Versos 17-19, se refieren a la seguridad de
Dios y la señal (pasos 3 y 4) que le fue dada a Jeremías en una visión.
El llamado de Jeremías habla de
nuestro llamamiento como Cristianos. Todos somos llamados por Dios desde el
momento de nuestra creación en el útero para un fin: la vida con Dios. El
testimonio a través de nuestras palabras y acciones es nuestro "sí" a
la llamada de Dios. Mientras que nosotros no podríamos ser llamados a ser un
signo internacional como Jeremías, estamos llamados a hacer una diferencia en
nuestro mundo. [4-5]
Ser testigo requiere valentía (es
decir, tener listos los lomos) y honestidad. Nosotros podríamos rehuir a las
demandas de ser testigos, como Jeremías fue tentado a hacer. Pero como prometió
a Jeremías, Dios no nos dejará devastados. En efecto, Dios nos fortalecerá para la lucha, como hizo con Jeremías,
mientras dependamos de él, porque él es nuestra salvación. [17-19]
¿Cómo la llamada de Dios te ha
desafiado a tender la mano a otros? ¿Has sido alguna vez rechazado? ¿Qué pasó?
Del salmo
70 R/. Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres
justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi
auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba
en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.
Entre estas tres virtudes:
la fe, la esperanza y el amor, el amor es la mayor de las tres.
De la
primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 31-13, 13
Hermanos: Aspiren a los dones de
Dios más excelentes. Voy a mostrarles el camino mejor de todos. Aunque yo
hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy
más que una campana que resuena o unos platillos que aturden. Aunque yo tuviera
el don de profecía y penetrara todos los misterios, aunque yo poseyera en grado
sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio
las montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque yo repartiera en limosnas todos
mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es
presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda
rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor
disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin
límites.
El amor dura por siempre; en cambio, el don de profecía se acabará; el don de
lenguas desaparecerá y el don de ciencia dejará de existir, porque nuestros
dones de ciencia y de profecía son imperfectos. Pero cuando llegue la
consumación, todo lo imperfecto desaparecerá.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño y pensaba como niño;
pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado las cosas de niño. Ahora vemos
como en un espejo y oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora sólo
conozco de una manera imperfecta, pero entonces conoceré a Dios como Él me
conoce a mí. Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor;
pero el amor es la mayor de las tres.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
El Capítulo trece de Primera Corintios es el favorito para las
ceremonias de bodas. Sin embargo, me pregunto si la pareja elegiría esta
"Oda" de Amor si supieran realmente la intención subrayada de Pablo.
En medio de la diatriba de Pablo
contra las camarillas que luchaban por el territorio en la Iglesia Corintia, él
presentó la virtud ideal de la comunidad Cristiana: Caridad. Pero él había
enmarcado el ideal de una manera polémica.
En primer lugar, buscó en los
dones espirituales que eran los puntos de jactación de sus oponentes: lenguas,
las reclamaciones de conocimiento espiritual y la profecía. A esta lista añadía
las limosnas y el sacrificio. Mientras que estos eran dones todos admirables,
no lo eran en sí mismos, para evangelizar o promover el crecimiento de la
Comunidad. En y por sí mismos, eran inútiles.
En segundo lugar, Pablo describía
la sustancia de la caridad en una estructura de cuasi "A-B-A". Los positivos
("A") destacaban el negativo ("B"). La caridad era paciente
y generosa. Lo cual fortalece el negativo con fe y esperanza. La caridad no era
la actividad de sus oponentes que extendía su agenda. Ellos se promovían a sí
mismos, actuaban con arrogancia, incluso en actividades vergonzosas (puerta
trasera de la política?). Mientras buscaban beneficio personal, provocaban a
otros, les inculcaban animosidades y celebraban cuando otros "perdían la
cara (eran avergonzados)". Estos no eran los distintivos de la comunidad
cristiana.
En tercer lugar, contra estas
actitudes y actividades, Pablo hace la declaración más notable: la caridad
nunca falla. Esta virtud podría sobrevivir al último día y definiría el Reino.
Cuando todos los otros dones espirituales se disiparan con la llegada del
Señor, la caridad permanecería. La profecía y el conocimiento espiritual eran,
por naturaleza, incompletos (imperfectos y, por lo tanto, carecen de madurez).
Su mal uso puede (y estaba desgarrando) desgarrar la Comunidad. La caridad, por
naturaleza, no podía nunca hacer esto. Implícitamente, la caridad podía causar
la profecía y una visión espiritual para crecer. Lo inverso no siempre era
cierto.
Pablo concluyó con su famosa
jerarquía de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. La mayor era la
caridad. Ella define el ideal de la Iglesia. Define la vida en el Reino.
Al igual que los Corintios,
compartimos las fragilidades humanas de la posesión del territorio, el escalar
socialmente, los chismes, la obsesión por el control... A veces, pienso que la
vida parroquial se define por estos pecados. Pero, al igual que muchas veces
veo lo negativo, veo tres veces más lo positivo. La Caridad vive en la
Comunidad. Tan mal como podemos ser, nosotros estamos desafiados por aquellos que
actúan desde el corazón. Ellos hacen de la comunidad una Iglesia verdadera.
¿Qué te ha desalentado en tu
Iglesia local? ¿Qué es lo que te ha alentado? ¿Qué te ha inspirado a
permanecer? ¿Qué te inspira?
13:1 "lenguas de los hombres
y de los Ángeles" "lenguas" en este sentido se refiere tanto a
la capacidad de hablar en lenguas extranjeras y a la elocuencia. En una cultura
que comunicaba las noticias por medio de
un pregonero de la ciudad, que difundía la fe a través de misioneros que
se situaban en las esquinas para evangelizar a las multitudes que ahí se
reunían, las habilidades retóricas era muy apreciadas.
Nuestra cultura de medios de
comunicación también premia estos dones. Los presentadores, radio animadores y
comentaristas, y otras personalidades públicas trabajan en la divulgación de
noticias y tienen presencia pública. El multilingüe, la personalidad
multicultural puede llegar al público más allá de las fronteras. Los dones de
elocuencia e idioma siguen siendo muy deseables. Pero, por sí mismos, crean
personalidades bidimensionales.
13: 2 " Aunque yo tuviera el
don de profecía y penetrara todos los misterios, aunque yo poseyera en grado
sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio
las montañas...". comparar estos dones a los que son enumerados en
12:8-10. El conocimiento aparecía en segundo lugar, la fe era el tercero en la
lista, la profecía estaba en quinto. Observe que el primer don en 12:8
(sabiduría) faltaba en este verso. Pablo infería una falta de sabiduría entre
los argumentos de los Corintios (el valor más altamente apreciado en la cultura
Griega). Y, él infiere que incluso la plenitud de un don especial no, era por
sí mismo, suficiente.
13:1-2 "amor" en Griego
es "agape." "Amor"
en este sentido es la caridad. Caridad era el pegamento que mantenía unida de
la comunidad Cristiana. La caridad faltaba en las guerras territoriales que la
comunidad experimentaba.
13: 7 " El amor disculpa sin
límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.."
Esto forma una estructura cuasi "A-B-A" con el lenguaje de resistencia
("A") rodeando y resaltando fe y esperanza ("B").
ACLAMACIÓN
(Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la
liberación a los cautivos. R/.
Jesús, como Elías y
Eliseo, no fue enviado tan sólo a los judíos.
Del santo
Evangelio según san Lucas: 4, 21-30
En aquel tiempo, después de que
Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del libro de Isaías, dijo: "Hoy mismo
se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". Todos le
daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus
labios, y se preguntaban: "¿No es éste el hijo de José?".
Jesús les dijo: "Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti
mismo' y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que
has hecho en Cafarnaúm". Y añadió: "Yo les aseguro que nadie es
profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos
de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre
terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías,
sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos
en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue
curado, sino Naamán, que era de Siria".
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y
levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la
montaña sobre 1a que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero Él,
pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario de Álvaro Pereira:
Según el testimonio de Lucas que escuchamos en el evangelio de este domingo, Jesús siente por primera vez el rechazo de los suyos en la sinagoga de Nazaret. Este rechazo, en vez de ser una objeción a su presentación mesiánica, es más bien un aval que lo identifica con los profetas veterotestamentarios. Él, como los antiguos profetas de Israel, sabe que “ningún profeta es bien mirado en su tierra”. Lucas aprovecha este perfil profético de Jesús para, a diferencia de su fuente (Marcos 6,1-6), rememorar dos relatos sobre los profetas Elías y Eliseo que atendieron a dos gentiles, la viuda de Sarepta y Naamán el sirio. También Jeremías, en la primera lectura, se dice escogido por Dios para ser “profeta de los gentiles”. Así pues, el autor del tercer evangelio quiere mostrar que Jesús cumple, por un lado, las expectativas proféticas y mesiánicas de Israel pero, por otro lado, las ensancha en favor de todos los pueblos. La noticia final acerca de la intención de matar a Jesús y su capacidad de abrirse camino entre la gente es ya profecía de su destino pascual de muerte y resurrección.
En la segunda lectura, San Pablo desarrolla su famoso elogio de la caridad. El
apóstol busca con este pasaje responder a ciertas discordias comunitarias. Los
corintios estaban enemistados entre ellos porque algunos, bendecidos por Dios
con el don de la profecía y el hablar en lenguas, despreciaban a otros que no
poseían ningún carisma especial. Él les hace ver que el carisma más
extraordinario es uno que aparentemente es poco deslumbrante: el don de la
caridad. Por eso, aunque uno pueda hablar las lenguas de los hombres y de los
ángeles, tenga el don de profecía o conozca todos los secretos, si no tiene
amor, no es nada. El texto desarrolla una serie de actitudes y virtudes
relacionadas con la caridad (esperanza, paciencia, verdad, humildad, etc.) muy
necesarias en la edificación de toda comunidad cristiana.
Credo
PLEGARIA
UNIVERSAL
Alabemos e invoquemos a
Dios, esperando su bendición para todos. Después de cada petición diremos:
Escúchanos, Señor, y aumenta nuestra fe.
Por la Iglesia: que manifieste a todos el verdadero rostro de
Jesucristo. Oremos.
Por México y los países que viven bajo el peso de la violencia: que llegue a
imponerse la paz y el respeto por la dignidad de las personas. Oremos.
Por los integrantes del poder legislativo: que siempre busquen el bien de las
mayorías, antes que el propio. Oremos.
Por los que no tienen trabajo, por los que viven en la miseria, por los
marginados por causas sociales y económicas: que nuestra ayuda les manifieste el
amor de Dios. Oremos.
Por quienes trabajan para hacer de nuestro mundo un lugar más justo y
habitable, especialmente por los que cuidan a los enfermos: que sean signos de
la esperanza que nos viene de Dios. Oremos.
Por todos nosotros: que Cristo, a quien hemos recibido en su Palabra y nos
alimenta con su Cuerpo y con su Sangre, nos ayude a vencer todo egoísmo.
Oremos.
Dios, fortaleza de quienes
esperan en ti, concédenos tu ayuda para que podamos complacerte siempre y en
todo lugar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que te
presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de
nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Sal 30, 17-18)
Ven, Señor, en ayuda de tu siervo
y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento del Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más
profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los profetas auténticos que no se
empequeñecen ni se acobardan a la hora de comunicar la lectura creyente de la
historia no siempre abundan, al contrario, suelen ser más bien escasos. Tanto
Jeremías, el profeta de Anatot como el Señor Jesús, profeta de Nazaret
conocieron hostilidades, exilio y muerte por razón de su fidelidad a Dios, En
la hora presente Dios sigue bendiciendo a su pueblo con figuras proféticas que
levantan su voz, para exhibir y denunciar los equívocos que desfiguran a la
comunidad creyente. Los profetas encuentran una escasa acogida, y sufren rechazo,
por parte de hermanos en la fe y de autoridades civiles y eclesiásticas. Su
honda espiritualidad y su arraigada esperanza es lo que los sustenta remando
contracorriente y manteniéndose congruentes al Evangelio. Su vida llena de
sentido es una reserva moral de nuestra comunidad eclesial. Los profetas son
los referentes y los espejos que Dios nos regala en las horas confusas.