MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos
bienvenidos a esta Eucaristía del Domingo Primero de Cuaresma. El pasado
miércoles, el Miércoles de Ceniza, comenzaba, precisamente, la Cuaresma, que es
un tiempo de amor y de conversión. La Palabra de Dios nos muestra --hoy y
siempre-- su fuerza para hablarnos de reconciliación. Dios sabe que el hombre
seguirá destruyendo la naturaleza, tratando de dominar a los demás; pero Él,
frente a este proceder, nos da su bondad, su misericordia y su paciencia
infinita. La cuaresma es tiempo de conversión, de vuelta a Dios, de crecer, día
a día, en el amor a los hermanos… Empecemos, pues, sobre esa estela del amor de
Dios, que nos llevará a vivir los misterios más grandes de nuestra fe, como son
la Muerte en Cruz de Nuestro Señor Jesús y su Resurrección gloriosa. Y no
queremos dejar de recordar, aqui y ahora, la impresionante renuncia de
Benedicto XVI a la Cátedra de Pedro. Es un hecho que, en alguna forma, cambia,
la Historia de la Iglesia.
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura –del Libro de
Deuteronomio-- nos muestra cómo el hombre, en los momentos cruciales de su
historia, siempre busca a Dios. Y es un testimonio claro para decirnos que Dios
siempre estuvo a su lado, en medio de las dificultades, para liberarlos y
protegerlos.
S.- Este salmo 91 es, precisamente, el
que cita el demonio, en la tentación a Jesús en el desierto. Y lo sutil del
tentador está en el Salmo 91 era el himno triunfal de los judíos a la confianza
en el Señor. Formaba parte de las oraciones personales. Y por eso el Diablo
intenta confundir al Señor invocando la confianza en Dios. Para nosotros nos
puede servir también de oración personal invocando la confianza del Señor para
que nos libre de las tentaciones.
2.- San Pablo, en la segunda lectura
que procede de la Carta a los Romanos nos dice que la fe es esencial en nuestra
vida, para recordarnos que el Señor es el único Señor, y Él nunca nos
defraudará.
3.- El fragmento evangélico de hoy es
de San Lucas y nos narra las tentaciones de Cristo en el desierto. Confirma este
evangelio que las pruebas y tentaciones formarán siempre parte de nuestra vida;
pero, si vivimos junto a Cristo, seremos capaces de vencerlas y saldremos
liberados de ellas. Cristo supo vencer al Tentador. Y nosotros, junto con
Jesús, también sacaremos el pecado de nuestra vida.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Estemos muy
atentos a esta especial oración de Javier Leoz, preparada para este primer
domingo de Cuaresma. Escuchemos:
QUISIERA CONVERTIRME, SEÑOR, EN ESTA
CUARESMA
Ayúdame,
Señor, a buscarte en el silencio
Ayúdame, Señor, a descubrirte en el necesitado
Ayúdame, Señor, a contemplarte en las maravillas del
mundo
Ayúdame, Señor, a no perderme en las excusas de cada
día
en los senderos fáciles y de bajo precio.
Sólo Tú, Señor, tienes palabras de Vida Eterna
Sólo Tú, Señor, eres capaz de darme fuerzas
para vencer y salir victorioso de la tentación de
cada jornada
Que en este Año Santo de la Fe
Tú, Señor, sólo Tú….venzas en el desierto de mi
vida.
Amén
Exhortación de despedida
Jesús ha
vencido a la tentación. Y nosotros a lo largo de esta cuaresma debemos aprender
a hacer lo mismo. Hay muchas tentaciones en nuestra vida de hoy dominada por la
crisis económica. Y la más grande es la insolidaridad… dejar de ayudar a
nuestros hermanos más necesitados justificando esa carencia por nuestras
propias dificultades.
MISA CON NIÑOS
Sección
realizada por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en
Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan
Díaz Zaragoza.
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días
a todos y bienvenidos a esta celebración. El miércoles pasado comenzamos la
Cuaresma poniéndonos la ceniza. Ahora tenemos 40 días para prepararnos para el
acontecimiento más importante de nuestra fe, que es la resurrección de Jesús.
Queremos aprender a tener un corazón lleno de cosas buenas, como tenía el
corazón de Jesús, para que, como Él, recorramos este camino dándole gracias por
todo lo que nos da y superando las dificultades que nos encontremos. Por eso
ahora vamos a comenzar la Misa con alegría y cantando.
PETICIONES DE PERDÓN
1. Por las veces en que no somos
capaces de darte gracias por las cosas que tenemos. Señor, ten piedad.
2. Por las veces en que somos rencorosos,
envidiosos y nos cuesta perdonar a los demás. Cristo, ten piedad.
3. Por las veces en que no ayudamos a
los que están cerca de nosotros y lo pasan mal. Señor, ten piedad.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
El pueblo de
Israel le da gracias a Dios porque los liberó de la esclavitud en Egipto y los
sacó a la tierra prometida. Todos los años celebraban la Pascua recordando este
gran acontecimiento. Escuchemos como nos lo cuenta Moisés en esta lectura.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
San Pablo
escribe a los cristianos de Roma y también a nosotros para recordarnos que lo
más importante de nuestra fe es que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos.
La Cuaresma nos prepara para celebrar este gran acontecimiento.
Y en el
Evangelio veremos como Jesús fue fuerte y venció todas las tentaciones.
Nosotros también podemos, si ponemos nuestra fe en Él. Escuchemos atentos.
PETICIONES
1. Por nuestra Iglesia, para que no
caiga en ninguna tentación que le aparte del camino que Jesús nos muestra en el
Evangelio. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de todo el
mundo, pero especialmente por los de nuestro país, para que elijan el servir y
el compartir, antes que el tener, el poder y el prestigio. Roguemos al Señor.
3. Para que llegue a todas las personas
el pan y lo necesario para una vida digna. Roguemos al Señor.
4. Por nosotros, niños y niñas de (…),
para que sepamos dar testimonio de nuestra fe en la escuela, en la catequesis,
cuando jugamos con nuestros amigos y en nuestra familia. Roguemos al Señor.
5. Por todos los padres y mayores que
habéis venido hoy a esta Misa, para que nos ayudéis con vuestro testimonio a
hacer una opción clara por Jesús de Nazaret y por su estilo de vida. Roguemos
al Señor.
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