6 de enero de 2013

La Epifanía del Señor 6 de enero de 2013 Moniciones


MONICIÓN DE ENTRADA

Os damos nuestra bienvenida a la Eucaristía con alegría y esperanza. Hemos recorrido, juntos, ya muchos días de celebraciones navideñas que nos han llenado el corazón de amor, pero también de alegría y esperanza. Hoy es la Epifanía, la presentación y ofrecimiento del Niño Dios a los pueblos gentiles, a aquellos que buscan salvarse. Los Magos de Oriente representan a todos esos pueblos que, lejos de la nación judía, iban a recibir la Redención de Dios por medio de Jesucristo. Y los tres Reyes Magos también traen una fiesta popular y entrañable que nos transporta a todos a nuestra condición de niños. Y ojalá seamos capaces de entender esta manifestación de Dios con ojos de niño, con mirada infantil. Iniciemos, pues, nuestra celebración con gran jubilo que comunica nuestro canto de entrada.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- El signo que muestran las lecturas de hoy es el de la luz. El profeta Isaías no deja de gritar, anunciando un amanecer luminoso, a ese pueblo que, como nosotros, siente la oscuridad de la condición humana; y les hace ver que la claridad se extiende a todo el universo.

S.- El salmo 71 fue compuesto en su origen para festejar a un gran rey de Israel, pero con el tiempo se le fue dando un sentido de profecía mesiánica que es como lo interpretamos nosotros hoy en este día de la Epifanía del Señor.

2.- Todos los hombres serán adoradores de un mismo Dios, nos dice la segunda lectura. San Pablo en su Carta a los Efesios habla de la revelación del Espíritu Y es ya hora de que, unidos, nos sentemos a la misma mesa y compartamos el mismo pan. Pues, sólo así, la comunidad cristiana iniciará una vida nueva a través de los sacramentos; siendo en todo momento testimonio de la Epifanía de Cristo.

3.- La manifestación de Dios a los hombres sabios y lejanos es lo que nos cuenta Mateo en el Evangelio. Y el asombro de quienes no quisieron ver al Señor en Belén se hace manifiesto cuando los Magos preguntan por Él. Ojalá, nosotros veamos también la estrella, nuestra estrella, la que nos conduce directamente a cumplir nuestra misión como cristianos.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Don Javier Leoz habla, hoy, de que ha visto una estrella. Y todos nosotros también la hemos visto o queremos verla. Escuchemos

HE VISTO UNA ESTRELLA, SEÑOR

Te doy gracias, Señor,

porque –sin ser rey- he visto una estrella.
Una estrella que, en la noche oscura,
me ha invitado a seguirle, incluso en las horas amargas,
y, sus destellos, han hablado a mi corazón,
despertando mis sentimientos y mi curiosidad.

Una estrella que ha hecho posible el que yo, hombre y débil,
me postre ante Ti con la misma fe y con la misma emoción
de aquellos Reyes Magos.
Haz Señor, que después de haberte contemplado y rezado
Después de haberte ofrecido mi pobreza
vuelva a mi hogar con la firme promesa
de que tu nombre sea conocido, amado y publicado
por todos los confines de la tierra.
¡Gracias, Señor! ¡Gracias, mi Rey!

Exhortación de despedida

Salgamos felices del templo, con la alegría de que hemos celebrado un tiempo de Navidad con gozo y esperanza. La estrella de los Magos de Oriente nos muestra el camino de la esperanza…

CARTA ESPECIAL A LOS REYES MAGOS

Por Javier Leoz

Queridos Reyes Magos:

Todos los años, cuando llegan estas fechas, mi pensamiento se vuelve hacia vosotros. Y, junto con él, mi corazón me va dictando una serie de deseos que, con vuestra ayuda, quisiera los llevaseis a feliz realidad.

-Dejad en el mundo UNA ESCOBA. Para barrer todo lo que suene a violencia y terrorismo. Que no quede ni un solo rincón en las personas con resquicio de rencor o de odio.

-Traed multitud de bolsas de JABÓN. Para limpiar nuestras personas de aquello que, la sociedad, va imponiendo como normal y lógico.

-Echad, en los ojos de todos los hombres y mujeres, COLIRIUM. Para que los unos a los otros, lejos de vernos como adversarios, sepamos contemplarnos y respetarnos como hermanos.

-Esconded, debajo de las almohadas de los que os esperan, SUEÑOS. Nunca, como hoy, tenemos abundancia de bienes para vivir y, nunca como hoy, hemos perdido los ideales por los que luchar.

-En un rincón del corazón de las personas, derramad toneladas de AZÚCAR. Las prisas, los agobios, los trabajos, el afán de superación, nos está convirtiendo en autómatas. Escasamente nos miramos a los ojos. ¡Necesitamos un poco de dulzura!

-Si en vuestros almacenes existen, solicitamos que nos proporcionéis unas LIMAS. Cada día que pasa, y por diversas circunstancias, los tropiezos, las dificultades, los roces, hacen que nos distanciemos y que se acrecienten las diferencias. ¡Necesitamos suavizar las discrepancias!

-Traednos unas grandes TIJERAS. Para cortar todo aquello que no es positivo en nosotros. Para confeccionar un traje con la etiqueta del amor, con los botones de la esperanza y de la caridad. ¡Ayudadnos, en este Año de la Fe, a saber qué es y qué conlleva el vestir el traje cristiano!

-Que vuestros pajes, aunque piensen que no ocupa nada, que nos transporten un poco de ALEGRIA. Es un bien muy escaso. Es tan invisible que, en el mundo donde vivimos, no lo percibimos. ¡La necesitamos para volver a sonreír!

-Todos los años, os dejamos en el balcón o en la ventana, nuestro calzado. En el presente año dejadnos unos ZAPATOS CELESTIALES. De tal manera que, al colocarlos en este Año de la Fe, debajo de nuestros pies, caminemos por las sendas de la verdad, de la justicia y del perdón. ¿Tendréis mi número?

-Si además añaden un ABRELATAS para abrir nuestro corazón a Dios y un IMPERMEABLE para protegernos de las tormentas que descargan contra nuestras convicciones religiosas, os quedaré –como si fuera un niño- altamente agradecido.

http://www.betania.es/