10 de diciembre de 2010

Viernes 10 de Diciembre del 2010

Lecturas

Viernes 10 de Diciembre del 2010
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (48,17-19):

Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: «Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»

Palabra de Dios
 
Salmo
Sal 1,1-2.3.4.6

R/.
El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,16-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.»

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio

Alejandro Carbajo, cmf

Queridos amigos, paz y bien.
Si algo tiene Dios, es paciencia. Espera siempre, sin condiciones, sin límites. Y respeta, también. Te ofrece un camino de salvación, o sea, de alegría, temporal y eterna, y hay que gente que dice que le dejen en paz, “que en el infierno no estoy tan mal”. En el fondo, es cuestión de elección. Algunos eligen estar siempre en contra (en las elecciones rusas, antes había una opción que era contra todos. La quitaron, porque sacaba muchos votos…)
A la hora de elegir, tenemos que tener presente a nuestro Dios. Él no es como un niño, que se enfada si los demás niños no juegan como Él quiere, ni llora, ni patalea… Dios no es caprichoso, como pasa a veces con los niños. Y quizá hoy nos pide que no seamos tampoco nosotros caprichosos, que no pensemos que lo sabemos todo, que sabemos lo que tenemos que hacer, sin preguntarle a nadie (ni a Él).
¿Estamos dispuestos, en todos los acontecimientos de la vida, a escuchar a nuestro Padre bueno? ¿Confiamos en Él? ¿Nos fiamos de Dios? (Aunque eso suponga dejarlo todo, cambiar de estilo de vida, renunciar a alguna cosilla…) ¿Rezamos para que se abra nuestra mente, o rezamos para conseguir la recompensa que nos merecemos?
Seguramente, nosotros le diríamos a Dios que no somos de esos caprichosos. Pero con la mano en el corazón, ¿no le pedimos a veces que se haga “nuestra santa” voluntad? Y que se haga “ahora”. Es el momento de pensar en esto, de confiar en Él, de darle sitio en nuestra vida, a la hora de actuar.
Confiar no es fácil. Pero Dios busca lo mejor para nosotros, a pesar de todo. Aunque nos cueste verlo, y no sepamos como entenderlo. Si quieres profundizar un poco más, mira este corto vídeo: Le pedí a Dios.
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.

Liturgia Viva Viernes de la 2ª semana de Adviento

¡NO SEAS NIÑO!
(Is 48:17-19; Mt 11,16-19)

Introducción
    “¡Ojalá hubieran prestado atención a lo que les dije”, se queja el Señor por medio del profeta, porque Dios quiere nuestro propio bien. ---  Jesús también se queja de que hay gente que se comporta de modo infantil, cuando Juan Bautista predica arrepentimiento y conversión en preparación para la venida del Mesías: Son como niñas que se niegan a bailar cuando la flauta toca melodías alegres, o como muchachos que rechazan llorar cuando la gente está llorando. El Señor está en medio de nosotros y pide que nos comprometamos seriamente para poder guiar a nuestro mundo hacia la vida, la justicia y la felicidad. ¿Para qué vale nuestra fe, si no la practicamos?

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Con demasiada frecuencia nos hacemos sordos a tu voz
y a la presencia de tu Hijo en medio de nosotros, su pueblo.
Inspíranos por tus profetas y tu Espíritu
para comprender que justamente ahora es el momento
de cambiar y de comprometernos
al estilo de vida y a la justicia exigidas por el reino.
Ayúdanos a hacer ver y comprender a la gente
que tu Hijo vive en medio de nosotros
y que él es nuestro Dios y Señor
por los siglos de los siglos.

Intenciones
  • Señor, haznos atentos a la voz de tu Santo Espíritu, para que no dejemos pasar el momento preciso, cuando él nos inspira a trabajar por la justicia y el amor; por eso te rogamos.
  • Danos la gracia de saber escuchar a la gente que rechaza nuestra pasividad, laxitud y materialismo; por eso te rogamos.
  • Guía a nuestros líderes políticos para que sigan la voz de su conciencia para el bien común de nuestro pueblo, antes de que busquen, con descarado egoísmo, su ganancia personal, su ventaja y poder político; por eso te rogamos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Te presentamos ahora estos dones de pan y vino
y nos unimos a tu Hijo Jesucristo
sentados a la mesa que él nos prepara.
Danos determinación y fuerza
para llevar su mensaje y su vida
a la gente que nos rodea.
Ayúdanos a comprometernos a nosotros mismos,
como él, con ilusión, con audacia, y sin vacilar,
porque él es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Ahora que acabamos de alimentarnos
con el pan de vida de tu Hijo, en la eucaristía,
ayúdanos a hacer pronto cuanto antes
el bien que hemos aplazado por tanto tiempo.
Danos el don de ser justos e imparciales con todos;
que sepamos respetar a los pobres y a los pequeños,
visitar a los enfermos
y alimentar a los hambrientos.
Señor estamos esperándote;
pero no permitas que tú tengas que esperarnos a nosotros,
pues queremos seguir fielmente a tu Hijo,
Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Niños volubles que no prestan atención a lo que es bueno para ellos: eso es lo que nosotros no deberíamos ser nunca.  Que el Señor nos disponga a obrar siempre lo que es recto y bueno, aun cuando nos resulte molesto.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.