9 de diciembre de 2010

Jueves de la 2ª semana de Adviento Ciclo A.

Lecturas

Jueves 09 de Diciembre del 2010
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (41,13-20):

Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio –oráculo del Señor–. Tu redentor es el Santo de Israel. Mira, te convierto en trillo aguzado, nuevo, dentado: trillarás los montes y los triturarás; harás paja de las colinas; los aventarás, y el viento los arrebatará, el vendaval los dispersará; y tú te alegrarás con el Señor, te gloriarás del Santo de Israel. Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay; su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré ríos en cumbres peladas; en medio de las vaguadas, manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua; pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, y olmos y alerces, juntos. Para que vean y conozcan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado.


Palabra de Dios
 
Salmo
Sal 144,1.9.10-11.12-13ab

R/.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad


Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;

bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,

que té bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas; R/.

explicando tus hazañas a los hombres,

la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,11-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»


Palabra del Señor

Comentario al Evangelio

Alejandro Carbajo, cmf
Queridos amigos, paz y bien.
De pocas figuras (bíblicas) celebramos el nacimiento. De muchos hacemos memorias a la hora de su muerte. Del Bautista, el nacimiento. Es que el Señor es clemente y misericordioso, como dice el salmo, lento a la cólera y rico en piedad. Precisamente por eso, a pesar de todo, a lo largo de la historia fue enviando profetas, para ver si se nos ablandaba el corazón, siempre, siempre, siempre.
El final de los profetas no fue nunca pacífico. Es que decir la verdad, cuesta. A veces, cuesta la vida. En el mundo siguen muriendo muchas personas, por decir la verdad, como el Bautista.
También nosotros estamos llamados a preparar el camino, ser Bautistas para la gente que nos rodea. Se trata de anunciar una buena noticia, un Dios rico en piedad, justo a su manera, como dice un cuentecillo de Anthony de Mello:
El Reino de los cielos es semejante a dos hermanos que vivían felices y contentos, hasta que recibieron la llamada de Dios para hacerse discípulos suyos.
El de más edad respondió con generosidad a la llamada, aunque tuvo que sentir cómo se desgarraba su corazón al separarse de su familia y de la muchacha a la que amaba y con la que soñaba casarse. Pero, al fin, se marchó a un país lejano, donde gastó su propia vida al servicio de los más pobres. Se desató en aquel país una persecución, a resultas de la cual fue detenido, falsamente acusado, torturado y condenado a muerte.

Y el Señor le dijo:

-
"Muy bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido por el valor de mil talentos. Voy a recompensarte con mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!"
La generosidad del más joven fue menor. Decidió ignorar la llamada, seguir su camino y casarse con la muchacha a la que amaba. Disfrutó de un feliz matrimonio, le fueron bien los negocios y llegó a ser rico y próspero. De vez en cuando daba una limosna a algún mendigo o se mostraba bondadoso con su mujer y sus hijos. También de vez en cuando mandaba alguna pequeña suma de dinero a su hermano mayor que se encontraba en un remoto país, adjuntándole una nota que decía:
"Tal vez con esto puedas ayudar mejor a aquellos pobres diablos".
Cuando le llegó la hora, el Señor le dijo:

- "Muy bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido con valor de diez talentos. Voy a recompensarte con mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!"

El hermano mayor se sorprendió al oír que su hermano iba a recibir la misma recompensa que él. Pero le agradó sobremanera. Y dijo:

-
"Señor, aun sabiendo esto, si tuviera que nacer de nuevo y volver a vivir, haría por Ti exactamente lo mismo que he hecho".
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.

Liturgia Viva

DIOS SALVA A LOS POBRES(Is 41,13-20; Mt 11,11-15)

Introducción
Es alentador oír, en estos días de Adviento, un fuerte y repetido mensaje de ánimo y aliento. En esto es precisamente en lo que creemos, si confiamos en la cercanía de Dios en la persona de su Hijo Jesucristo. Cuando la gente es pobre y vive afligida, Dios está cerca como su Salvador, es decir, Dios es alguien que está vinculado a ellos con lazos íntimos de afecto, y que con toda seguridad vendrá a asistirles. Los pobres son los que confían en él. Él les promete un nuevo paraíso. Aun los más pequeños en su reino son más grandes que el mayor y último de los profetas, Juan el Bautista.

Oración Colecta  
Señor Dios nuestro:
Tú no abandonas a los que confían en ti.
Tómanos de la mano cuando tengamos miedo,
ayúdanos cuando te llamemos a voz en grito,
porque tenemos experiencia de que somos impotentes
para establecer en este mundo tu reino de justicia y amor.
Envíanos hoy de nuevo a tu Hijo
para que sea nuestro Señor y Salvador
ahora y por los siglos de los siglos. 

Intenciones

  • Por los timoratos que piensan que son demasiado pequeños y despreciables como para que Dios se preocupe de ellos, para que se percaten de que el Dios cristiano, como un buen padre y una buena madre, siente inmenso cariño por ellos, roguemos al Señor.
  • Por los ricos y poderosos, para que sean sensibles a los derechos y a las necesidades de sus hermanos más pobres y desposeídos, roguemos al Señor.
  • Por los profetas que viven aquí entre nosotros, para que en nombre de Dios nos recuerden que tenemos que hablar claro y alzarnos a favor de los sin-voz y de los oprimidos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Te presentamos con gozo
estos humildes dones de pan y vino.
Que en estos signos del compartir
tu Hijo se haga presente entre nosotros
y nos dé el valor y ánimo
para tomar tu reino por asalto,
para que nosotros, que somos impotentes                                                            
y fácilmente desalentados,
nos comprometamos con él
a llevar esperanza a los pobres y humildes.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor, Dios y Padre nuestro;
Somos el nuevo pueblo de tus promesas.
Te pedimos nos concedas ser lo bastante humildes
para no buscar nuestros caminos tercos y egoístas,
sino más bien estar abiertos a ti y confiar en ti.
Recuerda, Señor, que somos tuyos
y que, en cierto modo, tenemos derecho a tu ayuda,
ya que nos amas en Jesucristo, tu Hijo,
que es Señor nuestro
ahora  y por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: A nosotros también nos dice Dios hoy: “Yo, el Señor tu Dios, agarro con cariño tu mano derecha y te digo, ‘No temas, que te voy a ayudar’.”  --- Que ojalá seamos conscientes del cuidado cariñoso de Dios por todos sus hijos
Y que la bendición del mismo Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.