18 de abril de 2011

Lunes Santo Ciclo A.


Lecturas

Lunes 18 de Abril del 2011
Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (42,1-7):



Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mí espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.» 

Así dice el Señor Dios, que creó y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que la habita y el aliento a los que se mueven en ella: «Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios
Salmo

Sal 26,1.2.3.13-14



R/. El Señor es mi luz y mi salvación


El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Cuando me asaltan los malvados 
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen. R/.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor 
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor. R/.
Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):



Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una fibra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando.
Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.


Palabra del Señor
Comentario al Evangelio
Ciudad Redonda

Marta (la camarera), Lázaro (el resucitado) y María (la perfumista) representan el polo del amor. Sirven, escuchan y ungen a Jesús. Y lo hacen todo desde la gratuidad propia de toda amistad.



Judas Iscariote (el discípulo que lo va a entregar) representa el polo del resentimiento. Critica el “derroche”de María mediante una racionalización que podría pasar a cualquier manual de psicología: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?


¿Cómo responde Jesús a cada una de estas dos actitudes? Necesitamos escrutar cada detalle porque, en el fondo, su respuesta tiene que ver con cada uno de nosotros.

En el caso de Marta, María y Lázaro, Jesús se deja hacer. A lo que es gratuito se responde con la gratuidad: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura. Acepta ser querido, encuentra consuelo en el hogar de Betania. Disfruta con sus amigos.

En el caso de Judas, Jesús desenmascara la racionalización: A los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis. No se deja engatusar por las trampas de los que parecen amigos y no son más que funcionarios.
Estas dos actitudes son un espejo en el que nos miramos nosotros al comienzo de una nueva Semana Santa. ¿Hacia dónde nos inclinamos?: ¿Hacia la entrega incondicional a Jesús o hacia nuevas racionalizaciones que encubren nuestra mediocridad?

En la cena, además de los alimentos, hay perfume de nardo, que es un anticipo simbólico del perfume con el que las mujeres ungirán el cuerpo de Jesús después de su muerte. Es una perfume costoso (porque el amor no es tacaño) y es también un perfume expansivo (porque el amor no es cerrado): La casa se llenó de la fragancia del perfume.

Tenemos esbozado el guión del drama que vamos a revivir durante los próximos días. Es hora de revisar nuestros papeles. Os propongo un “test de confianza”:

Traición y amor se cierran como un broche
en torno a ti, Jesús. María y Judas
en la cena, se son mutuo reproche:
rompe ella un frasco entre palabras mudas.

“Son trescientos denarios, ¡qué derroche!”,
él le reprocha con palabras rudas.
Junto a la luz, le traga ya la noche.
Junto al amor, ya cuelga de sus dudas.

El amor que te tuvo está marchito,
y su beso, Jesús, de muerte es sello.
María y Judas, siento en mí. Repito,

solo, el drama de dos, trágico y bello.
Y pues que soy los dos, yo necesito,
morir de amor, colgado de tu cuello.

(Rafael M. Serra)

Liturgia Viva

SERVIDOR DE LOS POBRES (Is 4,1-7; Jn 12,1-11)



Introducción

La Semana Santa es para nosotros el tiempo en que meditamos sobre la muerte salvadora de nuestro Señor.
Los días de su sufrimiento se acercan. La Primera Lectura nos ofrece el primero de los famosos cánticos de Isaías sobre el Siervo de Yahvé. La liturgia de la Semana Santa caracteriza a Jesús como el Siervo de Yahvé. Este primer cántico habla, quizás directamente, sobre la actitud y la misión del pueblo de Dios, pero encontramos esas actitudes plenamente ejemplificadas  en Jesús, el perfecto Siervo de Dios y siervo del pueblo. En esta lectura se nos muestra cómo el Siervo de Dios vino a servir a los pobres y a los que sufren, trayéndoles justicia y libertad, y luz en la oscuridad para todos; él será la Alianza viviente para nosotros, el pueblo, uniéndonos con Dios y los unos con los otros. Todo esto lo hizo por nosotros por medio de su muerte salvadora.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú has llamado a los hombres 
a ser servidores unos de otros
en la causa por la justicia y la misericordia.
Tú nos mostraste en Jesús, tu Hijo,  
qué significa servir
y cuánto nos puede costar el servicio.
Llénanos con el Espíritu de Jesús, 
para que no quebremos a los débiles
ni rechacemos 
a los que andan a tientas en la oscuridad.
Que él nos enseñe a servir y a amar, 
con compasión hacia los desamparados
y respeto hacia los más pobres y pequeños, 
juntamente con Jesucristo nuestro Señor.

Oración de los Fieles
La indiferencia y la rutina son quizás más paralizantes y corrosivas para la vida cristiana  que las calamidades y sufrimientos agudos, ya que muchas veces no somos conscientes de ellas. Pidamos a nuestro Padre del cielo que sepamos luchar para ganar de nuevo nuestra libertad, que Cristo nos la recuperó con su vida, y digamos:  R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

-    Por la Iglesia, para que como el Señor, Jesucristo, rechace y rehuya posiciones de poder para así poder participar en la vida y miserias de los fieles y para alzarlos a las alegrías y vida del Señor Resucitado, roguemos al Señor.  
R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

-    Por los resignados a vivir una vida de rutina y aburrimiento, para que respondan al reto de Cristo de crecer hasta su plena madurez, roguemos al Señor. 
R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

-    Por los que han entregado su libertad a la publicidad, a la presión social y al conformismo, para que se atrevan de nuevo a ser ellos mismos y a tomar sus vidas en sus manos, roguemos al Señor.  
R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

-    Por los que luchan contra la injusticia y la opresión, para que no les mueva el odio y el deseo de revancha, sino que se dejen guiar por un genuino amor e interés por su prójimo, roguemos al Señor.  
R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

-    Por todos los que tienen miedo a la muerte, para que confíen en Cristo, que venció a la muerte con la cruz,  y la transformó en regalo de vida, roguemos al Señor.  
R/ Haz libre a tu pueblo, Señor.

Señor, Dios nuestro, la muerte leal de tu Hijo hizo posible para nosotros llegar a ser personas libres y descubrir alegría en su plenitud. Que, a través de su muerte y resurrección, las penas y tormentas de la vida se conviertan en instrumentos de libertad, alegría, y felicidad, prometidas a nosotros por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Con tu Hijo en medio de nosotros, 
nosotros, tu pueblo, te pedimos hoy: 
que nos traigas, bondadoso,
la justicia de tu amor y tu perdón
y que  nos ayudes 
a establecer una verdadera justicia en la tierra,
para que nosotros, el pueblo de tu eterno amor, 
nunca seamos escándalo para nuestro prójimo,
sino siervos humildes
y signos de esperanza y alegría para todos. 
Que ésta sea nuestra ofrenda para ti hoy
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Por el cuerpo y la sangre de tu Hijo
nos llamas a servir a la causa de lo justo y bueno.
Te pedimos que aliente en nosotros, tu pueblo,
el Espíritu de justicia de tu Hijo, 
y que él mismo, Jesús,  nos tome de la mano
y nos haga fuente de unidad y de luz
para los pobres y ciegos de hoy,
y para los que sinceramente buscan amor y verdad.
Quédate con nosotros, tu pueblo.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Sabemos que en estos días de Semana Santa, Jesús el Señor nos conducirá de la muerte a la vida, si aprendemos de él a amarnos y a servirnos unos a otros; y a vivir los unos para los otros, aun a costa de sacrificio. Que el Señor nos dé valor para ello. 
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.