13 de junio de 2011

Lunes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario. Ciclo A


1ª lectura: Damos prueba de que somos ministros de Dios

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 1-10

Hermanos:
Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice:
«En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»;
pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario,
continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas,
infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos
con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra
de la verdad y la fuerza de Dios.
Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta,
de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra,
los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los
pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.

Salmo: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R. El Señor da a conocer su victoria.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su
santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su
fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Evangelio: Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente
al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera
ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla,
acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.»

Comentario al Evangelio 

http://es.catholic.net/

Jesús nos pide algo más que soportar “estoicamente” el mal, y evitar rencores y venganzas. Esta ya es una actitud de paciente dominio de uno mismo, digna de la alabanza de Cristo: “bienaventurados los mansos, ...los que lloran...” Pero hoy Jesús va más allá en su explicación porque nos pide una generosidad que desborda el ya amplio caudal del precepto del amor al prójimo. Y es que quien “soporta” no ofrece necesariamente la otra mejilla... y quien evita el mal, no tiene obligatoriamente que devolver bien. A quien se le solicita, no tiene razón humana por la que dar “más”... y sin embargo, una y otra vez Jesús nos pide que demos ese “más”... Se diría que la única manera de acabar con el mal es añadir más bien. Como quien tuviera que sepultar algo desagradable y la solución es enterrarlo con una buena capa de “cal”...

Así es el bien, el amor cuando con su “exceso” obliga al mal a no reproducirse, y a la larga lo extingue. No es una petición sólo para héroes. A todos nos lo pide, porque todos queremos imitarle y somos seguidores suyos. Sabemos que sólo su gracia y la fuerza que viene del Espíritu puede lograr en nosotros esta transformación. No dudemos en pedírselo hoy en nuestra oración. 

Liturgia Viva 


SAN ANTONIO DE PADUA, Sacerdote, Doctor
13 de Junio

El portugués San Antonio de Padua es uno de santos más venerados y probablemente también más “abusados”. En los diez años que vivió en la Orden de los Agustinos, se dedicó seriamente al estudio de las Escrituras; pero se sintió entonces atraído por el estilo de vida, radicalmente evangélica, de la joven Orden de los Franciscanos. Se hizo franciscano. En Italia llegó a ser un predicador muy efectivo y popular. Se dedicó a su misión de predicador con tanto ardor y celo que, desgastado, murió a los 36 años, en Padua. No solamente predicó el evangelio, sino que lo vivió radicalmente.

Colecta
Señor Dios nuestro,
San Antonio de Padua estaba tan lleno
de tu Hijo y de su evangelio
que no podía menos de entusiasmar a la gente
acerca de la Buena Noticia de Jesucristo.
Te rogamos que tu Hijo y su palabra
nazcan y crezcan fuertes en nosotros,
de tal modo que vivamos la vida de Jesús
y lo proclamemos eficazmente
a todos los que nos rodean.
A él, Señor nuestro, que vive y reina
por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Señor Dios nuestro,
junto con estos dones de pan y vino
traemos ante ti nuestro sincero deseo
y nuestra buena disposición
para seguir a tu Hijo Jesucristo.
Que él crezca en nosotros día a día
para que sepamos vivir los unos para los otros
y para que el evangelio llegue a ser creíble
en nuestro mundo y en nuestro tiempo.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro,
nos has hablado tu palabra
y nos has alimentado para el camino
con el Pan vivo de tu Hijo Jesucristo.
Ojalá que,
por intercesión de San Antonio de Padua,
su evangelio no sea palabra vacía
sino un claro llamado y un serio reto
para vivir su vida
y para difundir su evangelio entre nuestros hermanos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.